Todos podemos convertirnos - Alfa y Omega

Todos podemos convertirnos

El director y productor cinematográfico Juan Manuel Cotelo ha estrenado el segundo capítulo de la serie documental sobre conversos Te puede pasar a ti. Relata la conversión de Rubén García, un homosexual que practicó la prostitución, se contagió de sida y hoy vive casto y feliz. Todos cabemos dentro de la Iglesia, afirma el director de La última cima. «La Iglesia es un hospital». Y en un hospital, «nadie se escandaliza de encontrar gente enferma, gente herida»

José Calderero de Aldecoa
Rubén García, en uno de los fotogramas del DVD.

«Este viaje puede provocar mareo, vértigo, en dos tipos de espectadores: en quienes rechacen a las personas con atracción homosexual y en quienes rechacen a los cristianos», advierte, de entrada, el director y productor de cine Juan Manuel Cotelo. Fuera prejuicios: «Tú decides: te subes a este viaje, o te quedas donde estás». Es la caravana de Cotelo, la caravana de la conversión, la caravana de la acogida, la caravana del amor, la caravana donde se habla de Dios sin tapujos…

Se trata del segundo capítulo de la serie de documentales Te puede pasar a ti, donde el director de la exitosa película La última cima presenta a distintos grupos sociales sus historias de conversión. Si la historia habla de pandilleros, se la presentará a pandilleros, si habla de homosexuales, se la presentará a homosexuales, y si habla de empresarios o budistas, serán éstos con quienes el director hablará y reflexionará de Dios.

En el primer capítulo, se contaba la historia de Juango, un pandillero de Medellín que vivió en el mundo del blanqueo de dinero y del tráfico de drogas. En la pared de su cuarto pintó una imagen del infierno y colgó alrededor pieles de conejos que cazaba y despellejaba. Hoy Juango es sacerdote.

Rubén García junto a Juan Manuel Cotelo.

En este nuevo capítulo, que salió a la venta el 18 de junio, los espectadores conocerán a Rubén García, un mexicano que, a los 15 años, tuvo sus primeras relaciones sexuales con hombres. Después de 20 años de homosexualidad, ejerciendo la prostitución, y a punto de operarse para ser transexual, una amiga le invitó a un retiro espiritual. Durante la predicación, Rubén se sintió interpelado. «Dios te ama, a ti, hayas hecho lo que hayas hecho». Rubén respondía interiormente: «¡¿A mí?! Yo pensaba que Dios amaba a todos menos a los homosexuales».

Durante los 80 minutos que dura la cinta, Juan Manuel Cotelo y su productora Infinito+1 dan respuesta, sin rodeos, a preguntas como : ¿Dios ama a los homosexuales? A través del testimonio de la conversión de Rubén García y de la conversación respetuosa con otras personas similares a Rubén, el espectador irá descubriendo el amor que Dios tiene a cada persona, sean cuales sean sus circunstancias. Lo fundamental, dice el director, es ser consciente de ese amor.

¿Por qué haces esto?

El 15 de junio, en una de las salas del madrileño Cine Paz, Cotelo ofreció un preestreno de este segundo capítulo de la serie. En la presentación, se habló de los actores, de por qué se ha lanzado esta serie en DVD y no en cine, de cuestiones técnicas… Pero, sobre todo, se habló de Dios: ¿Por qué haces estos videos? ¿Qué te motiva? «Para cumplir la voluntad de Dios», dijo el director, convencido de que cada uno «tenemos una misión» encomendada por Dios.

Para descubrir esa misión, hay un único camino posible: la conversión. Todo el mundo piensa que los demás deben convertirse, ¿pero qué pasa con uno mismo? «El error es pensar que tú eres mejor que otros, que tú no necesitas conversión, que tú no necesitas descubrir la belleza de la fe…». Cuando esto así, la conclusión de Cotelo es tajante: «¡Estás en pañales!», sentencia.

Todos necesitamos conversión y todos cabemos dentro de la Iglesia, no importa qué pecados arrastremos. «La Iglesia es un hospital. Nadie llega a un hospital y se escandaliza de encontrar gente enferma, gente herida». Pues bien, «Cristo ha venido a por los enfermos… El amor de Dios es para todos».

Próximos proyectos

El tercer capítulo de la serie hablará de Paul Ponce y de su conversión. «Está considerado uno de los tres mejores malabaristas del mundo. Ya a los 12 años, actuó en Argentina, Estados Unidos y Japón». Con 21 años, se hizo la pregunta de su vida: «¿Quién es Dios?» Y descubrió que, a medida que se iba acercando a Él, iba siendo más feliz.

Por ahí irá la reflexión en la tercera entrega de la serie. Infinito+1 y Juan Manuel Cotelo plantearán la cuestión de la alegría de la fe: «La alegría de vivir con Dios, ¿se divierten los cristianos».