Celebraba la Iglesia la fiesta litúrgica del beato Juan Pablo II, cuando una reliquia del Pontífice llegó a Lourdes, una ampolla con la sangre de Juan Pablo II, símbolo de la presencia del amor que el Pontífice dio a toda la gente, en particular a los enfermos y discapacitados. Ese mismo día, el Papa Benedicto XVI expresaba su gran preocupación, tras las inundaciones del santuario mariano de Lourdes que, como se ve en la foto, han anegado prácticamente la gruta de las Apariciones, por el desbordamiento del río Gave. Centenares de peregrinos se han visto obligados a abandonar sus hoteles, y todo el recinto del santuario de Lourdes ha quedado cerrado, al menos, por un par de semanas.