Millón y medio de niños sufren malnutrición aguda en Somalia

Millón y medio de niños sufren malnutrición aguda en Somalia

A pesar de los compromisos internacionales, la ONU y las ONG denuncian que la ayuda que llega no es suficiente

Redacción
Niños hambre Somalia
Niño somalí de 7 meses con malnutrición aguda. Foto: UNICEF / Sebastian Rich.

Los últimos análisis de seguridad alimentaria conducidos por el Comité Permanente entre Organismos, el foro de coordinación humanitaria más antiguo y de más alto nivel del sistema de las Naciones Unidas, indican que Somalia se encuentra en un «punto de inflexión» en el cual las vidas de cientos de miles de somalíes están en peligro inmediato.

Los directores del Comité alertaron de que la hambruna que sufre la nación africana se focaliza en dos zonas de la región de Bay (los distritos de Baidoa y Burhakaba), ubicadas en el centro-sur de Somalia. Y de que, si no se aumenta la ayuda humanitaria de forma significativa e inmediata, esta carestía alimentaria probablemente durará hasta marzo de 2023.

Pero esos enclaves no son los únicos afectados y millones de somalíes se enfrentan a niveles extremos de hambre aguda. Entre las personas más perjudicadas se encuentran las mujeres embarazadas y lactantes, y los niños menores de 5 años, quienes precisan ayuda urgente para evitar el peor de los escenarios.

Empieza sin avisar

Los directores del comité alertaron de que la hambruna ya podría haber empezado y recordaron la carencia grave de alimentos sufrida en 2011. Entonces, casi la mitad de las más de 250.000 personas que murieron de inanición, muchas de ellas niños, lo hicieron antes de la declaración oficial de hambruna.

La cifra total de personas que padecen hambre en el Cuerno de África es superior a los 20 millones, un dato que se considera «inaceptable». Las autoridades locales, los gobiernos, las agencias de la ONU y las ONG llevan más de un año advirtiendo sobre las insostenibles cifras de hambrientos. Sin embargo, estas alertas fueron ignoradas. Pese a los compromisos mundiales para anticiparse a las crisis, los fondos necesarios para estas actividades no han alcanzado el volumen necesario.

Aunque el rápido aumento de la ayuda humanitaria desde inicios de año logró salvar multitud de vidas, los recursos disponibles son rápidamente superados por la proliferación de necesidades.

Obligados a abandonar su hogar

Por ello, llamaron a la comunidad de donantes a aportar financiación inmediata que permita a las ONG locales e internacionales ampliar la asistencia sobre el terreno y evitar más muertes. Esperan que ocurra antes de que las comunidades rurales se vean obligadas a abandonar sus hogares en busca de alimentos.

«Juntos, hemos evitado la hambruna en el pasado. Podemos y debemos hacerlo de nuevo. En un mundo de asombrosa riqueza, es inaceptable que la gente muera de hambre. Debemos actuar de inmediato», concluyeron.

1,5 millones de niños en peligro

Por su parte, la representante de UNICEF en Somalia, Wafaa Saeed, destacó hoy en rueda de prensa en Ginebra que la región de Bay no es la única que se enfrenta a una profunda crisis humanitaria. Hay 74 distritos afectados en todo el país, de los cuales doce precisan ayuda urgente.

«Es una crisis de malnutrición. La desnutrición ha alcanzado niveles críticos: 1,5 millones de niños, casi la mitad de la población menor de 5 años, pueden sufrir malnutrición aguda. De ellos, 385.000 necesitarán tratamiento para la desnutrición aguda grave. Son cifras sin precedentes», alertó.

«Actualmente, más de tres millones de niños en edad escolar se han visto directamente afectados por la sequía y 900.000 corren el riesgo de abandonar la escuela. La mitad son niñas», acotó.

Enfermedades disparadas

Además de los alimentos, Saeed destacó la importancia del suministro de agua —que precisan 4,5 millones de personas— y del saneamiento. Los brotes de enfermedades se han disparado entre enero y julio, con al menos 8.400 casos sospechosos de diarrea acuosa o cólera y cerca de 13.000 de sarampión. También subrayó la urgencia de atender la educación de los niños.

Asimismo, señaló la directora para Somalia de la ONG Consejo Danés Para los Refugiados, Audrey Crawford, si no se actúa con celeridad durante los últimos meses de 2022, la muerte de niños alcanzará «una magnitud inimaginable».

Durante su comparecencia ante los medios en la ciudad suiza, destacó que recientemente llegaron y pasaron por los campamentos de desplazados internos unas 30.000 personas por semana, lo que supone un aumento de más del 135 % respecto a los últimos meses, y cifró en un millón de personas el número de desplazados en lo que va de año.

Muertos por el camino

Crawford añadió que la mayoría de ellos llevaba hasta diez días caminando en busca de comida y agua. Llegaron a los campos «literalmente sin nada, en un estado deteriorado y con niños desnutridos o muertos».

«Muchas madres con las que he hablado habían enterrado a sus hijos en los días anteriores. Ya sea porque habían contraído diarrea o sarampión en los campamentos excesivamente congestionados; o en el camino por desnutrición». Por otro lado, «se nos ha pedido que vigilemos los cementerios, ya que no se están recogiendo suficientes datos para mostrar las tasas de mortalidad dado que muchas muertes se producen en ruta en las zonas no controladas por el Gobierno».