Llega a Madrid el rito zairense, con el que el Papa celebrará el 3 de julio
El padre François Ndali, congoleño y misionero del Sagrado Corazón, explica las particularidades de esta adaptación del rito romano aprobada por la Santa Sede
Cuando comience la Misa de 10:30 este domingo en la parroquia-santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en Madrid, dos jóvenes irán detrás del sacerdote con sendas lanzas. «En nuestras culturas africanas, el rey o el jefe está siempre con la gente que lo protege». Y Cristo, representado por el celebrante, «es el Rey de reyes», y está acompañado por «el ejército celestial, representado por el ejército de la tierra; por nosotros».
Habla el padre François Ndali. Originario de la provincia de Ecuador, en la República Democrática del Congo, es misionero del Sagrado Corazón y ha pasado tres años en Madrid, en la comunidad de su congregación en esta parroquia, mientras ampliaba sus estudios. Unos días antes de regresar a su país, quiere despedirse de la que ha sido su casa celebrando la Eucaristía por el rito zairense. Le acompañarán la comunidad congoleña en Madrid y otros fieles africanos. Además, con esta celebración se inaugura en la parroquia un Ciclo de Misas del Mundo.
El rito zairense no es, en realidad, un rito en sí mismo. Se trata de una adaptación del rito romano para las diócesis de la República Democrática del Congo aprobada por la Santa Sede en 1988, cuando el país se llamaba Zaire. El objetivo era inculturar la liturgia romana en la cultura africana, pues los obispos se habían dado cuenta de las dificultades de los fieles para implicarse en ella. Así, se introdujeron elementos más acordes con el sentir africano, entre otras cosas para favorecer una mayor participación de la comunidad en la liturgia. El Papa Francisco valora este rito y celebrará en él el 3 de julio en la plaza de San Pedro.
Caso único
Es un caso único. «Yo he estado en Camerún, Costa de Marfil y Senegal, y aunque cada país tiene sus costumbres y sus símbolos y los usan» en la Eucaristía, estos elementos típicos están simplemente «añadidos», pero sin integrarse en un rito particular, explica Ndali. La mayor parte de las diferencias con la forma ordinaria del rito romano se dan en el inicio de la Misa y en la liturgia de la Palabra. Después de la presentación de las ofrendas, «es como aquí».
Por ejemplo, al terminar la procesión de entrada, con lanzas incluidas, «al llegar al altar el sacerdote lo besa cuatro veces», una en cada lado. Con el primer beso «saludamos al Señor». Con los otros, a los «antepasados de corazón recto», que «aunque no llegaron a conocer el cristianismo suponemos que están en el cielo, porque conocieron a Dios a su manera, y no están lejos de nosotros». Al mismo tiempo, canta: «Vosotros, nuestros antepasados de corazón recto, que nos enseñasteis la hospitalidad, estad con nosotros cuando Cristo venga a salvarnos».
Otro de los momentos más llamativos es el canto del gloria. Se puede prolongar durante más de un cuarto de hora y toda la comunidad, incluido el sacerdote, canta y baila. Para este domingo, «hemos encontrado en el Museo de Mundo Negro instrumentos» africanos para acompañar, dice ilusionado Ndali.
«No celebramos la Eucaristía sin bailar»
«Nosotros no celebramos la Eucaristía sin bailar, porque es la fiesta. Y yo también bailaré alrededor del altar, con el incensario», explica el sacerdote congoleño. Eso sí, aclara, como los africanos «no tenemos problema con el tiempo» pero en España «la Misa no dura mucho», acortarán algunas partes.
Antes del Evangelio, se reza el credo. «Cuando tú crees» y así lo manifiestas con esta oración, «puede seguir el diálogo con el Señor» a través de la lectura de su Palabra. Es entonces cuando el sacerdote se acerca al ambón, de nuevo bailando y acompañado de sus lanceros y de otras dos personas con velas.
Ndali no cantará el Evangelio en lingala, una de las cuatro lenguas en las que se celebra el rito zairense, junto con el kikongo, el suajili y el chiluba. Lo leerá en castellano, y en esta lengua «no sé cantarlo. Pero habrá cosas cantadas en lingala». Después de la homilía, «como el Señor me ha hablado y yo he abierto mi corazón y quiero convertirme, es cuando pedimos perdón».
La colecta, en especie
La otra gran diferencia con la forma ordinaria del rito romano es la colecta antes de la presentación de las ofrendas. En África, en muchas ocasiones las aportaciones de la gente se hacen en especie. «La gente echa verdura, fruta y otras cosas para comer. Eso es para la parroquia, para los sacerdotes», que allí no tienen un salario o este es mínimo. «Los cristianos son conscientes de que tienen la responsabilidad de cuidarlos, y cada uno trae lo que tiene». Pero, atención, este domingo en Madrid no se hará así, advierte el sacerdote. Que nadie se presente en la celebración con unos plátanos.
A veces al final de la Misa, justo antes de la bendición final, se presenta a los recién nacidos. «El sacerdote se pone delante del altar, y la madre le acerca el bebé. Él lo coge y lo levanta hacia el cielo haciendo una oración». Al final de la celebración, «todo el mundo quiere acercarse a saludar al sacerdote y pedirle otra bendición». Es, además, el momento en que muchos de los grupos de la parroquia se reúnen. «Y los jóvenes siempre se quedan un rato más cantando y bailando».
La Misa que celebrará el Papa Francisco en la plaza de San Pedro el 3 de julio será también en rito zairense. No podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que es la celebración a la que ha invitado a la comunidad congoleña de Roma para compensar el haber tenido que posponer su viaje a la República Democrática del Congo.
No es la primera vez que el Papa celebra en este rito. Ya lo hizo el 1 de diciembre de 2019, con ocasión del 25º aniversario de la capellanía católica congoleña en Roma. De hecho, el Santo Padre aprecia mucho la unicidad y valor inculturador de este rito. «Sugiere un camino prometedor para la posible elaboración de un rito amazónico, en la medida en que se tienen en cuenta las necesidades culturales» de un área concreta «sin alterar la naturaleza del Misal romano», escribió un año después en su prólogo al libro El Papa Francisco y el Misal romano para las diócesis del Zaire.
«Los congoleños se sienten muy orgullosos de que el Papa celebre en el rito que lleva la cultura congoleña», subraya el padre François Ndali. «Dios es el Dios de todas las culturas, y el Evangelio es multicultural e intercultural».