Se abre un nuevo debate: la abolición de la prostitución

Nuestro país se encamina hacia un debate sobre la abolición de la prostitución, una vez el PSOE ha registrado en el congreso una proposición de ley para tal fin, admitida a trámite la semana pasada. La iniciativa, que fue defendida por la diputada Adriana Lastra, busca castigar por ley a proxenetas y consumidores y cerrar los prostíbulos. Las posturas sobre este tema son diversas, hasta el punto de que se han unido PP y PSOE y los partidos que sustentan el Gobierno se han dividido.

Desde la Iglesia, Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria y responsable del Departamento de Trata de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cree que el debate generado en el Congreso «es positivo» y «abre la puerta a combatir más firmemente la explotación sexual». «La prostitución es una forma de esclavitud. Todo lo que se mueve alrededor genera situaciones dramáticas y contrarias a la dignidad del ser humano, especialmente contra la mujer, cuyo cuerpo es visto como objeto de uso y disfrute», añade.

Aunque cree que si sale adelante, «la ley se lo pondrá más difícil a explotadores y consumidores», expresa una cierta preocupación por un posible aumento de la clandestinidad. «Estaremos atentos al progreso de este debate para defender con firmeza la dignidad e integridad de toda mujer, especialmente las más vulnerables, y sus derechos», explica a Alfa y Omega.

Por su parte, Carmen Meneses, antropóloga, investigadora y profesora en la Universidad Pontificia Comillas, señala en conversación con este semanario que «esta ley no hace falta». «Las mujeres no van a dejar de ejercer la prostitución. Lo van a hacer de forma clandestina, con más violencia y más enfermedades. Está muy documentado en las sociedades que criminalizan la prostitución», explica. Y añade que una ley de estas características va a tener un impacto negativo en la detección de víctimas de trata.