John Ramírez tendrá a su pastor en su ejecución, «pero eso no lo hará un acto justo» - Alfa y Omega

John Ramírez tendrá a su pastor en su ejecución, «pero eso no lo hará un acto justo»

La Conferencia Episcopal de Estados Unidos se pronuncia sobre el caso del condenado a muerte que ha solicitado que su pastor rece junto a él cuando sea ejecutado

Redacción
John Ramírez, en un reportaje durante su estancia en el corredor de la muerte. Foto: SemanaNews Houston.

La semana pasada el Tribunal Supremo de Estados Unidos falló con ocho votos a favor y uno en contra a favor de John Ramírez, un recluso condenado a muerte, en su solicitud de que su pastor rezase en voz alta e impusiera las manos sobre él mientras el Estado de Texas lo ejecutaba.

Ramírez, que fue condenado a muerte en el año 2008 por robar y asesinar a un empleado de un restaurante en la ciudad de Corpus Christi (Texas), iba a recibir la inyección letal el pasado 8 de septiembre, pero la ejecución fue cancelada en espera de que el Tribunal Supremo se pronunciara sobre su petición.

«Permitir que el pastor del señor Ramírez brinde la asistencia espiritual que ha solicitado no haría que su ejecución fuera un acto justo», han afirmado en una declaración conjunta el cardenal Timothy Dolan, obispo de Nueva York y presidente del Comité para la Libertad Religiosa de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), y el arzobispo de Oklahoma, Paul S. Coakley, presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la USCCB.

«El Tribunal Supremo ha dictaminado acertadamente que el Estado de Texas no cumplió con el requisito que establece la ley al negarle el acompañamiento religioso que prescribe su religión», afirman los prelados.

Sin embargo, también defienden que la práctica de ejecuciones de seres humanos sancionadas por el Estado «es una grave violación de la dignidad humana». Para Dolan y Coakley, «una ejecución representa un juicio por parte de seres humanos falibles de que una persona está más allá de la redención», un juicio «que la Iglesia católica rechaza».

Así, para ambos prelados estadounidenses «el Estado debe actuar con justicia y misericordia y perdonar la vida del señor Ramírez».

«Se debe salvar su vida»

Desde el primer momento en que se dio a conocer la petición de John Ramírez, entre las instituciones que apoyaron su causa se encontró la Conferencia Católica de Obispos de Texas. Sus 21 prelados firmaron tras la decisión del Tribunal Supremo una declaración en la que defienden que «la misericordia debe acompañar a la justicia en nuestra respuesta a la violencia».

Así, las ejecuciones sancionadas por la Administración «son una respuesta despiadada y violenta que hace que nuestra sociedad sea cada vez más despiadada y violenta, además de injusta».

Para los obispos texanos, el asesinato de John Ramírez «no traerá sanación a la familia y amigos de Pablo Castro [la víctima del homicidio por el que fue condenado], ni resultará en justicia para John Ramírez».

Por este motivo, «y por el bien de todos los afectados por esta tragedia, se debe salvar la vida de John Ramírez», concluyen los obispos.