De nuevo en casa - Alfa y Omega

Escribo desde Múrmansk. El inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania nos encontró reunidos en Colmenar Viejo, en pleno capítulo provincial. Enseguida la compañía aérea nos informó de la anulación del vuelo, con la consiguiente zozobra. Después de buscar alternativas, los tres claretianos que trabajamos en Rusia compramos un vuelo de Madrid a Helsinki. Sabíamos que había trenes desde la capital de Finlandia a San Petersburgo. Y volamos.

Al llegar a Helsinki, nos sorprendió la noticia de que ese tren era solo para rusos y finlandeses. El conductor del tren, ruso, nos dijo que a un amigo suyo búlgaro, con permiso de residencia permanente (como nosotros), no le habían permitido cruzar la frontera. Él mismo nos dijo que buscáramos un autobús. Así lo hicimos. Ya era de noche, así que tuvimos que conseguir un hotel, y allí compramos los billetes de autobús por internet. Pudimos descansar e incluso, a la mañana siguiente, dar un paseo por Helsinki. Allí íbamos a renovar el visado cuando comenzamos a trabajar en Rusia.

El autobús salió de Helsinki hacia San Petersburgo con retraso. Mucha cola en el paso fronterizo hacia Finlandia provocó que llegara más tarde. Luego un viaje tranquilo, casi ocho horas. Pasamos la frontera finlandesa sin complicaciones, tardamos algo más en atravesar la zona rusa. Pero lo conseguimos. Había mucha gente rezando por ello. Se notó en algunos momentos del viaje.

Alcanzamos San Petersburgo a la una y media de la mañana, y estábamos en casa a las dos. Compré el billete a Múrmansk y dormí unas cuantas horas, ya más tranquilo. A la mañana siguiente avisé a los parroquianos de que la Misa sería por la tarde (no había aviones que me permitieran llegar a la hora habitual). La secretaria de la parroquia, Grayhina, rezó el rosario con los que no se enteraron.

Celebré la Eucaristía con 20 personas, y para todos fue una verdadera acción de gracias. Alegría por el encuentro, imposición de la ceniza, para caer en la cuenta de que empezamos la Cuaresma, y una sincera oración por la paz. Una Cuaresma especial, más que nunca, confiando en Dios.