Un cura de Sevilla, mejor expediente europeo de la década: «La política tiene la facultad de mover el mundo»
El sacerdote Ignacio del Rey recibe el reconocimiento del Centro Europeo de Ciencia Política y Relaciones Internacionales por sus publicaciones en defensa de los más vulnerables
El Centro Europeo de Ciencia Política y Relaciones Internacionales acaba de conceder al sacerdote sevillano Ignacio del Rey su Premio al Mejor Expediente Académico Europeo de la década 2010-2020.
La institución ha reconocido así que, «pese a su juventud, su formación y sus publicaciones en defensa de los derechos de los más vulnerables son de una brillantez admirable».
Del Rey, sacerdote de la archidiócesis de Sevilla desde hace menos de un año, estudió Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, y después cursó el Máster en Relaciones Internacionales y Dirección de Campañas Electorales en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid.
«Para mí ha sido algo absolutamente inesperado», afirma en conversación con Alfa y Omega Ignacio del Rey, que cuenta divertido cómo cuando contactaron con él para comunicarle el premio y mencionó que era sacerdote católico «se quedaron muertos. “¿De verdad que eres cura?”, me decían. Les llamó mucho la atención, pero en realidad no hay ninguna incompatibilidad. Por medio de la política se puede intentar cambiar la sociedad defendiendo los derechos de los más débiles, pero eso es algo que también se hace por medio del sacerdocio, no hay tanta disonancia».
Al sevillano le interesa la política «desde siempre», porque «comprende desde lo más pequeño hasta lo más grande: desde peatonalizar una calle hasta tratar de dignificar la vida del hombre. La política tiene la facultad de mover el mundo, para renovarlo o para destruirlo».
Por este motivo, «no me entra en la cabeza que alguien pueda decir que no le interesa la política. Eso es como decir que no te interesa el rumbo de la sociedad. Se puede estar al margen de la lucha de partidos y de esa especie de competición frívola en la que caen a veces, pero no se puede estar al margen del interés que supone saber que estamos en manos de las personas que votamos».
En este sentido, Del Rey lamenta que «la defensa de los más pobres es una prioridad desgraciadamente ausente en los programas de muchos gobiernos». Y a la hora de valorar cuál debe ser el papel de los católicos en política, señala que «la presencia de los cristianos en la vida pública es fundamental, necesaria e insustituible». Por eso, aunque «no creo que deba haber partidos que se adueñen del patrimonio común de los católicos», el cura sevillano defiende que «el compromiso de los cristianos en la vida social comprende la participación también en la política, bajo las siglas que cada uno considere, pero siempre siendo fieles al mensaje de Cristo y a la Iglesia».