Cardenal Ricardo Blázquez: El Sínodo «rezuma esperanza pero no ingenuidad»
El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha explicado en El Espejo de COPE que el esfuerzo de dos años que ha dedicado la Iglesia a la familia, a través de asambleas Sinodales y trabajos en las Diócesis, ha merecido la pena porque «es un signo de la estimación de la familia y de la transcendencia que tiene no sólo en la Iglesia sino en la humanidad»
Don Ricardo Blázquez ha añadido que durante el Sínodo se han producido «muestras de reconocimiento, gratitud y estímulo para las familias que, en medio de dificultades, son fieles a su propia vocación».
El arzobispo de Valladolid ha afirmado que la asamblea ha reflexionado sobre el cambio antropológico que vivimos como ha manifestado el Papa Francisco y en el que «la familia es uno de los focos más sensibles». También nos encontramos ante cambios económicos y sociales y «con ideologías muy dispares». Ante este escenario, ha aclarado, «el Sínodo rezuma esperanza pero no ingenuidad».
El cardenal Ricardo Blázquez ha confesado que esta Asamblea Sinodal le ha recordado mucho al Concilio Vaticano Segundo. «La Iglesia se acerca a las personas, no para condenar, sino para escuchar y transmitir la misericordia de Dios». El presidente de la CEE ha apuntado que el Papa ha dicho «que no es tiempo de condenas y rechazos». La Iglesia desea curar con la medicina de la misericordia porque «a una persona herida le ayuda mucho más el bálsamo del consuelo que mil descargas y animosidades contra ella».
En cuanto a la redacción final del Sínodo, monseñor Blázquez, ha destacado tres palabras: acompañamiento, discernimiento e integración. Acercarse a las personas, ha matizado, hacer camino con ellas «siempre con mucho respeto». Integración que significa «no utilizar expresiones ofensivas contra nadie y declarar que las puertas de la Iglesia están siempre abiertas para todos». El arzobispo de Valladolid ha insistido en que los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio civil «no están fuera de la Iglesia, no están excomulgados, forman parte de la comunidad cristiana porque “la misericordia de Dios no tiene fin”».
En ese recorrido, se irá viendo hasta donde se puede llegar. Ha puntualizado que «nunca se trata de soluciones generales sino concretas muy personalizadas».
Don Ricardo Blázquez ha afirmado que el Sínodo ha sido un recorrido de conversión, de incorporación cada vez más honda a la Iglesia, de encuentro con el Señor. La iglesia quiere ser reflejo de la parábola del hijo prodigo.
Por último, ha afirmado que «la vida diaria de la Iglesia y la familia están íntimamente unidas. Ambas tienen que caminar juntas».