Monjas cismáticas, excomunión y desahucio - Alfa y Omega

Monjas cismáticas, excomunión y desahucio

José Calderero de Aldecoa
Exterior del convento de Belorado (Burgos)
Exterior del convento de Belorado (Burgos). Foto: AFP / César Manso.

Además de por ser el año de la DANA, este 2024 va a pasar a la historia por el cisma de las ya exclarisas de Belorado. Todo comenzó el 13 de mayo, una fecha que habitualmente hace referencia a la Virgen de Fátima, pero que en esta ocasión será recordado por el Manifiesto católico. En el documento, las entonces hijas de santa Clara expresaron su intención de abandonar la Iglesia y de ponerse bajo la jurisdicción de la autodenominada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.

Ese mismo día, la archidiócesis de Burgos y la diócesis de Vitoria advirtieron a la comunidad de la «gravedad del acto» y se inhibieron en favor de la Santa Sede, que decidió nombrar al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, como comisario pontificio. A partir de este momento, se sucedieron un sinfín de comunicados y contracomunicados que obligaron a Iceta a declarar el 22 de junio la excomunión de diez de las monjas de la comunidad. La pena no afectó a cinco religiosas mayores que no firmaron en su momento el Manifiesto católico y que se convirtieron desde entonces en una de las principales preocupaciones del comisario pontificio y su equipo.

Por otro lado, el cruce de declaraciones y notas de prensa reveló un entramado económico que parecía estar detrás de buena parte de lo ocurrido. A inicios de noviembre, por ejemplo, la comisión gestora nombrada por el Papa denunció la venta en Wallapop de ornamentos litúrgicos procedentes del monasterio y advirtió de que el «el déficit promedio mensual asciende a 13.642 euros».

El último capítulo hasta ahora ha sido el proceso de desahucio al que tuvo que recurrir el 16 de septiembre la comisión gestora ante la negativa de las excomulgadas a abandonar el monasterio. La demanda fue admitida a trámite el 8 de noviembre. Ahora la pelota está en el tejado de la justicia, que deberá decidir sobre la salida de las exmonjas, aunque eso ya será en 2025. Por parte de la Iglesia el trabajo es de reflexión. Y en este sentido se acumulan las preguntas: ¿Cómo unas monjas de clausura terminan protagonizando el gran cisma de la Iglesia católica contemporánea en España? Se trata de una cuestión sobre la que reflexionó el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en una entrevista con este semanario en julio: «El caso merece una reflexión sobre en qué podemos mejorar, mirar más qué indicios puede haber que enciendan señales de prevención que requieren un cuidado más especial».

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