La ruta canaria suma en el primer semestre de 2021 más fallecidos que en todo el año anterior
Caminando Fronteras ha contabilizado un total de 2.087 víctimas entre enero y junio, de las que 1.922 intentaban llegar a Canarias. «Son las cifras más terribles que hemos presentado nunca», afirma Helena Maleno
«Es un día triste, porque las cifras que vamos a dar son las más terribles que hemos presentado nunca». Así ha comenzado Helena Maleno, fundadora de Caminando Fronteras, la presentación de los datos del primer semestre del Monitoreo del Derecho a la Vida 2021, que deja un total de 2.087 fallecidos o desaparecidos en todas las rutas migratorias hacia España, de las que el 92 %, o 1.922, corresponden a la ruta canaria.
Los datos son especialmente dramáticos si se comparan el año anterior, pues en solo seis meses casi se ha alcanzado el número de víctimas de todo el 2020 (2.170). En el caso de Canarias, la situación es peor, pues la cifra de 1.851 fallecidos o desaparecidos se ha superado con creces. Si se compara con el mismo periodo del año anterior, se constata un aumento de un 526 %.
Más mujeres y niños
Las víctimas, según los datos recabados por Caminando Fronteras, eran ciudadanos de 18 países diferentes, la mayoría de África —Marruecos, Guinea-Conakry, Mail, Senegal, Burkina Faso…—, pero también de otras zonas: Yemen, Siria, Bangladés o Pakistán. Además, de las 2.087 víctimas, había 341 mujeres y 96 niños.
Maleno ha advertido un crecimiento del número de mujeres y niños que están intentando llegar a nuestras costas, lo que provoca que haya más muertes con estos perfiles. Solo en mayo y junio, se cuentan 226 mujeres y 50 niños fallecidos o desaparecidos. En este sentido, ha señalado que se está produciendo una feminización de la ruta migratoria y que las mujeres suelen proceder de países como Guinea, Costa de Marfil o Camerún y viajan con menores.
Una realidad que se repite con respecto a informes anteriores es el porcentaje de personas que siguen desaparecidas, esto es, cuyos cuerpos no se han recuperado, en torno al 95 % del total.
Aumento de embarcaciones neumáticas
El monitoreo de Caminando Fronteras se detiene, además, en la situación de la ruta canaria y de los factores que están provocando este aumento de muertes y desapariciones. Según ha detallado Helena Maleno, son varios los factores los que explican la letalidad de esta ruta. Uno de ellos es la peligrosidad del océano, así como su navegabilidad o la extensión de los trayectos, pero también las condiciones de las embarcaciones que «no cumplen los requisitos» para navegar con seguridad.
En este sentido, la organización ha advertido en los últimos meses un aumento del uso de embarcaciones neumáticas, más propias de otras rutas, y muy peligrosas en el Atlántico. A ello se suma la nula experiencia de navegación de las personas que viajan, lo que implica que se pierdan en el camino.
La crisis de Ceuta «ha costado vidas»
Otro de los factores tiene que ver con la falta de coordinación entre los países del entorno para salvaguardar la vida de los migrantes, circunstancia que se ha puesto de manifiesto en la última crisis entre Marruecos y España, cuyo epicentro fue Ceuta, pero que tuvo consecuencias en otras zonas.
De hecho, Maleno ha denunciado que esa crisis «ha costado vidas», pero «nada a la imagen de los estados». «Ceuta invisibilizó el resto de las rutas migratorias. Hubo un aumento de salidas del El Aaiún y en 15 días desaparecieron 481 personas. Estaban dejando salir a la gente, que lo hacían con neumáticas. Y Marruecos dejó de rescatar. España debería haberlo tenido en cuenta», ha añadido.
Del mismo modo, ha puesto encima de la mesa el déficit en los medios de rescate y, fundamentalmente, en los aéreos, así como la precariedad. «Hacemos una llamada a los gobiernos, porque hay una necesidad urgente de defender el derecho a la vida en la ruta canaria y se tienen que tomar medidas para que esta sea subsanada y en los próximos meses no tengamos estas cifras tan vergonzosas», ha concluido Maleno.
El sacerdote que busca a desaparecidos
En la presentación también ha participado el sacerdote claretiano José Antonio Benítez, que forma parte de la Delegación de Migraciones de la diócesis de Canarias, y que trabaja en coordinación con Helena Maleno en la búsqueda e identificación de migrantes desaparecidos en su camino a España. Desde su experiencia acompañando a los familiares, ha subrayado que aquellos que no encuentran a sus seres queridos viven «un duelo interrumpido o suspendido» que tiene consecuencias.
Por ejemplo, ha señalado que la salud de estas personas se ve afectada, tanto a nivel de trastornos psicosomáticos como de trastorno mentales. Por eso no entiende que el Gobierno de España siga sin poner un punto de información para las familias.
Por su parte, Teodoro Bondyale, secretario de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias (FAAC), ha reiterado la preocupación, ya manifestada anteriormente, por la creciente utilización de lanchas neumáticas. «No tienen chalecos salvavidas, no saben navegar… No les queda más remedio que utilizar estas rutas, pues no tienen vías seguras solo porque son pobres», ha concluido.