Un año de adoración en el cerro de los Ángeles: «Un lugar de oración vivo»
La basílica del Cerro de los Ángeles, en la diócesis de Getafe, acaba de celebrar el primer aniversario de su Adoración permanente, como fruto de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús
El 24 de noviembre del año pasado se clausuró el Año Jubilar por el centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, un evento que reunió a miles de personas en el cerro de los Ángeles para unirse en torno al Corazón de Cristo. Como fruto de este acontecimiento se inició en la basílica del cerro la adoración eucarística permanente, con la intención de convertirse en adoración perpetua en el futuro.
La iniciativa, que el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán, definió como «la respuesta y la expresión de nuestra dependencia total a Dios como centro de nuestra vida y de la vida del mundo», funcionó muy bien desde el principio y enseguida se apuntaron muchos adoradores, cubriéndose muy pronto todos los turnos disponibles.
«Queríamos mantener viva esa consagración y que aquello no se quedara en un momento puntual», señala Francisco Javier Bescos, rector de la basílica. «Nuestra intención es que el templo fuera un lugar vivo de oración, que se pudiera adorar al Señor y que Él envíe sus gracias y su bendición», añade.
Durante este primer año de actividad, los turnos se han sucedido ininterrumpidamente de 9:00 a 21:00 horas, de lunes a viernes, con la única excepción del confinamiento. «Nosotros habilitamos desde el principio la posibilidad de adorar a distancia, porque hay muchas personas que viven lejos y no se pueden acercar. Esa herramienta la hicimos extensiva durante esos meses a todos los adoradores que ya no podían venir. Fue un modo de experimentar y vivir que aun en medio de la prueba Dios sigue estando en medio de nosotros», afirma Bescos.
Al acabar esa etapa, «la gente volvió con muchas ganas. Muchos pedían la vuelta de la adoración presencial y enseguida comenzaron de nuevo todos los turnos». Tan solo ha habido «algún momento complicado», cuando al estar confinado Getafe solo pudieron asistir durante dos semanas los adoradores locales.
Como principal fruto de este primer año, el rector de la basílica señala que el templo «está vivo y en actividad. Cualquiera que venga a cualquier hora del día se va a encontrar al Señor expuesto y a personas rezando delante de Él. Eso lo convierte en un lugar de oración vivo».
Además, «tenemos al lado a las carmelitas, que están siempre en oración junto a nosotros, de modo que todos nos podemos unir al deseo de estar a los pies del Sagrado Corazón de Jesús, dándole gracias y pidiendo por España».