El Papa renueva su cercanía a las víctimas de abusos tras el informe sobre McCarrick
Durante la audiencia, Francisco también ha asegurado «el empeño de la Iglesia por erradicar este mal»
La catequesis de la audiencia general, que ha vuelto a la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la segunda ola de la pandemia, se estaba celebrando con normalidad. Al Papa se le veía hablar sobre la oración con la jovialidad y el ímpetu de siempre. Pero antes de concluir, cuando se encontraba ya en los saludos finales, a Francisco le ha cambiado la cara. Serio. Grave. Apenado. Instantes después se ha referido al informe sobre Theodore McCarrick.
«Ayer se publicó el informe sobre el caso McCarrick. Renuevo mi cercanía a las víctimas de todos los abusos y el empeño de la Iglesia por erradicar este mal», ha dicho el Pontífice, que fue quien ordenó la investigación.
Era la primera aparición pública del Santo Padre tras la publicación este martes del documento, que constan de 455 páginas y en el que se detalla la cadena de encubrimientos de los abusos sexuales del excardenal.
Después de sus pocas palabras, se ha hecho el silencio en la biblioteca. Bergoglio, con los papeles todavía en la mano, se ha detenido, ha bajado la mirada y ha parecido recogerse en oración durante algunos segundos. Después, ha concluido su saludo a los fieles de lengua italiana, se ha levantado, ha rezado un padrenuestro, ha impartido su bendición y se ha marchado. Acto seguido se ha cortado la emisión de la audiencia, que se está celebrando de forma online sin la presencia de fieles.
Catequesis sobre la oración
Antes de referirse al caso McCarrick, el Papa ha reflexionado de nuevo en la catequesis sobre la oración y ha destacado que la enseñanza del Evangelio es clara sobre la perseverancia. «Se debe rezar siempre, también cuando todo parece vano, cuando Dios parece sordo y mudo y nos parece perder tiempo». En este sentido, ha explicado que «la oración es como el oxígeno de la vida» y, además, «Dios siempre responde».
Pero a la perseverancia, el Papa ha unido la humildad, porque «Dios no escucha la oración de los soberbios» ya que prefiere «la de los humildes». Además, «no hay verdadera oración sin espíritu de humildad».
Francisco ha concluido la catequesis reflexionando sobre la fe, «que va a la par que la oración», pero que quizá «en muchos días de nuestra vida, puede parecer una ilusión» o «un cansancio estéril». Sin embargo, «practicar la oración significa también aceptar este cansancio». Muchos «santos y santas» han experimentado «la noche de la fe y el silencio de Dios» y a pesar de ello «han sido perseverantes».