La caridad sigue abriendo espacios - Alfa y Omega

La caridad sigue abriendo espacios

El Hogar Santa Rita es el último centro de Cáritas Diocesana de Madrid para personas sin hogar.

Begoña Aragoneses
El Hogar Santa Rita «es una cuestión de Iglesia en la que están involucrados Cáritas, parroquias de la zona y los agustinos, que son quienes asumieron la obra del local y facilitan alimentos para el desayuno», cuenta Inés, en la imagen junto a Toni
El Hogar Santa Rita «es una cuestión de Iglesia en la que están involucrados Cáritas, parroquias de la zona y los agustinos, que son quienes asumieron la obra del local y facilitan alimentos para el desayuno», cuenta Inés, en la imagen junto a Toni. Foto: Begoña Aragoneses.

Pongamos que se llama Jesús. Vive en un coche y lleva ocho meses sin ducharse. La pandemia obligó a cerrar las duchas del polideportivo de Collado Villalba de las que él y otros en su misma situación hacían uso. Ahora acude al recién estrenado Hogar Santa Rita, un centro de día para personas sin hogar, de momento con horario de mañana, que Cáritas Diocesana de Madrid y los agustinos abrieron el pasado 5 de octubre a la espalda de la ermita de Santiago. De no haber sido porque se encuentra en zona reconfinada, lo habría inaugurado el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, este 22 de octubre.

«He vuelto a recuperar mi dignidad», dijo Jesús, sentado en la sala de estar, después de su primera ducha en casi un año. Como él está Toni, de 52 años, sin trabajo, al que un amigo dejó un sobrado de una tienda en el que duerme, en un colchón en el suelo. Tiene que salir de allí a las 10:00 horas y no puede volver hasta las 21:00 horas. En el hogar desayuna, se ducha y actualiza su búsqueda de empleo. «Hay una línea de la que no puedes bajar para no abandonarte: ni en el aseo personal —hasta ahora se lavaba en un barreño—, ni en la vaguería. Si no te sientes persona, no te puedes recuperar».

Toni y Jesús representan a las miles de personas sin hogar o en situación de exclusión residencial a las que atiende Cáritas, que este domingo celebrará, como desde hace más de 27 años, el Día de las Personas Sin Hogar. El lema de esta edición, No tener casa mata. Y tú, ¿qué dices? Di basta. Nadie sin hogar, recoge una realidad que es palpable para la entidad: la calle deja muy tocado y, cuanto más tiempo se está en ella, más complicada es la salida. Por eso hay un objetivo que está por encima de todas sus acciones: darles la mejor vida posible en medio de su situación.

Santa Rita se une a las obras sociales diocesanas de Cáritas nacidas para paliar el sinhogarismo: CEDIA 24 Horas, CEDIA mujer y la Casa San Agustín y Santa Mónica, que en la pandemia atienden cada vez más a familias. La responsable del centro de Villalba, Inés Gil Antuñano, se refiere a la parábola del buen samaritano cuando habla de lo que es: «Queremos hacernos próximos a la gente, que esto sea un hogar, no solo dar servicios, para que gente como Toni pueda reinsertarse en el mundo laboral y acceder a una vivienda». Y esto se ve en el cuidado con el que dos de las voluntarias han decorado y acondicionado la casa y también en el ambiente de familia que se respira. «Se trata de escuchar a la gente –explica Fede, uno de los voluntarios–, no es un ellos y nosotros; se crean lazos de humanidad y los invisibles pasan a ser visibles».

Por el momento, al Hogar Santa Rita acuden 16 hombres y cinco mujeres que están durmiendo en cajeros, coches, almacenes, garajes, y con los que se trabaja en tres niveles: los que se van integrando socialmente y a quienes se acompaña en su proceso de valerse por sí mismos; personas más difíciles de mover y con las que se intenta que su situación no vaya a peor, y aquellos que están más deteriorados y a los que hay que cuidar y hacer su vida más fácil.

En cifras

2.692 personas sin hogar fueron atendidas por Cáritas Diocesana de Madrid en 2019

75 % hombres

25 % españoles

89 % sin ingresos

38 años de edad media

233 voluntarios participaron en los proyectos de sinhogarismo