El milagro de la alegría - Alfa y Omega

El milagro de la alegría

7.000 curaciones inexplicables y casi 70 milagros reconocidos oficialmente: en Lourdes se suceden las curaciones inexplicables, pero también emerge de las aguas de la gruta un milagro mayor: la alegría de la compañía del Señor, a lo largo de la vida

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Misa en la Gruta de Lourdes, el 11 de febrero de 2008, 50º aniversario de las apariciones
Misa en la Gruta de Lourdes, el 11 de febrero de 2008, 50º aniversario de las apariciones.

«Sólo tengo ganas de correr», reconoce exultante el italiano Biagio Conte, la última persona de la que se conoce haber recibido, presuntamente, una curación inexplicable en el santuario de Lourdes. Después de varios años en silla de ruedas por un doloroso aplastamiento de vértebras, fue a Lourdes con una peregrinación de enfermos, la pasada primavera. A la hora de dejarse introducir en alguna de las piscinas de la gruta, «fui dando prioridad a otros pacientes, y luego me decidí. Inmediatamente después de ser sumergido, sentí como un fuego dentro de mí que me permitió volver, no sólo a caminar, sino a correr hacia las muchas personas que me preguntaban qué me había pasado».

Hoy, Biagio camina –y corre– como un renacido, pero su alegría viene de lejos. En su juventud, atravesó una profunda crisis espiritual, de la que sólo salió gracias a una peregrinación a Asís; a la vuelta, confortado por la figura del Poverello, comenzó a ayudar y escuchar a los mendigos e inmigrantes que deambulaban por la Estación Central de su Palermo natal, lo que fue el comienzo de una obra impresionante: la Misión de esperanza y caridad, que hoy acoge a 150 personas sin hogar, 120 madres solteras en dificultad y 550 inmigrantes extracomunitarios.

Biagio Conte

«Rezaré por todos vosotros y también por mi salud, para que pueda continuar desarrollando mi trabajo», dijo Biagio en la Vigilia que se celebró en la Misión, como preparación al viaje a Lourdes. A la vuelta, ya restablecido, confesó que, «para mí, fue una gracia inesperada, que he recibido de Dios gracias a su Madre, María, a quien siempre he tenido en el corazón». Y es que «siempre he sentido que Jesús, el Hombre bueno que ha donado la vida por nosotros, me ha llevado con Él para hacer una experiencia que ha ido cambiando totalmente mi vida».

Última curación reconocida

Si el rostro de Biagio resplandece de alegría, también lo hace el de Danila Castelli, una italiana originaria de Pavía que ha recibido la última curación milagrosa oficialmente reconocida en Lourdes. En mayo de 1989, durante una peregrinación a Lourdes, Danila –con una larga historia de enfermedades y afecciones tumorales en distintos órganos del cuerpo– se bañó en las piscinas del santuario y, al salir, experimentó un extraordinario bienestar. Declaró enseguida su curación a la Oficina de Comprobaciones Médicas de Lourdes y, 21 años después, la Oficina declaró su curación «de manera completa y duradera, desde su peregrinación a Lourdes, del síndrome que padecía».

«Hoy, doy gracias a la Virgen no tanto por tener un cuerpo curado, sino por la alegría con la que el Señor me ha colmado durante toda mi vida»: su testimonio es sorprendente, pues, aunque reconoce haber tenido «una vida muy difícil, muy dolorosa», todo eso la ha preparado, «ya desde pequeña, para tomar la mano de Dios, que no manda el sufrimiento, sino que te ayuda a llevarlo en tu vida cotidiana». Sorprende escucharla decir que, «durante toda mi vida, he tenido un leitmotiv fundamental: la alegría. Siempre he encontrado la alegría. Es un misterio, porque la alegría más grande la he encontrado en los momentos de sufrimiento más grandes. Y no lo digo ahora, lo escribí así en esos tiempos».

Danila Castelli

Danila sabe bien el secreto de una vida distinta, que va más allá de tener o no salud: «La cruz es horrenda, pero puede florecer de alegría si la vives con el Señor. Si no, es insoportable. No hay que buscar la cruz, pero, si aparece, acógela y llama a Jesús y a la Virgen, que nos acompañan». Para ella, lo fundamental de su milagro «es sentirme abrazada con ternura por el Señor, como un padre hace con su hijo. En realidad, el milagro ha sido todo mi sufrimiento, porque ahí ha estado Dios, que ha entrado en mi vida así, de esta manera».

Danila y Biagio forman parte ya del largo historial de curaciones de Lourdes: 7.000 sanaciones inexplicables y casi 70 milagros reconocidos oficialmente. Todos ellos dan fe de que Dios nos ama y nos acompaña, incluso en los momentos más difíciles de la vida. Y esa alegría es, sin duda, el mayor milagro que se puede encontrar en Lourdes.