El Papa firmó un cartel contra la extracción minera y petrolífera

«Te firmo acá abajo para no arruinar la foto». Estas fueron las palabras del Papa Francisco a Esteban Servat, científico y activista ambiental argentino, tras entregarle una pancarta con la foto del olivo que peregrinó el año pasado por la provincia de Mendoza para unir a las religiones con la lucha de la sociedad civil en favor del agua, que ya se encuentra contaminada según estudios del propio Gobierno por las extracciones de gas y petróleo, conocidas en inglés como fracking o fractura hidráulica.

El Sumo Pontífice leyó dos veces la pancarta antes de firmar. «Mendoza es hija del agua. Defendámosla de la megaminería y del fracking», afirmó Francisco al pie de una foto del olivo (hoy un arbusto, aunque su origen es un retoño del olivo que plantó Bergoglio siendo cardenal en la plaza de Mayo bonaerense). Olivo que el año pasado fue plantado en la Plaza Independencia de la ciudad de Mendoza, pese a la oposición en un primer momento del gobernador Alfredo Cornejo.

«Vine a pedirle apoyo al Papa para la lucha en Argentina contra el fracking y la megaminería. La situación es crítica en Mendoza porque el extractivismo sigue avanzando, más ahora que el Gobierno de Cornejo quiere derogar la ley que prohíbe la megaminería», aseguró el biólogo Servat, que trabajó durante una década en Silicon Valley para luego radicarse en el pueblo General Alvear. Tras involucrarse en la lucha ambiental, ha sido la persona más denunciada y amenazada de muerte en Argentina por su batalla anti-fracking, por lo que tuvo que exiliarse en la ciudad de Berlín. «Vi al Papa muy preocupado, muy al tanto del tema. Aseguró que reza por el pueblo de Mendoza y bendijo la pancarta para que sea una fuente de inspiración para salvar la vida», aseguró Servat.

La megaminería es una forma de explotación de metales como oro y plata, que ya no se pueden obtener como antaño, con pico y martillo. Actualmente hay que volar montañas enteras para romper las rocas, y luego tratar la tierra con químicos y agua para separar el oro, la plata, y otros minerales. Estos químicos contaminan los ríos; en la provincia de San Juan incluso hay derrames de cianuro. El fracking (fractura hidráulica) es incluso peor, porque provoca terremotos y desertifica, ya que se perfora en profundidades de 2.000 a 3.000 metros y requieren mucho químicos.