Jóvenes construyen la Nueva Ciudad
Construir la Nueva Ciudad es el objetivo de un grupo de jóvenes valencianos que buscan imitar a los primeros discípulos de Cristo: caminar «sin alforja, sin bastón ni sandalias de repuesto, sin dinero, ya que deseo que esta experiencia sea pagada por el Señor», explica sobre la iniciativa de la Nueva Ciudad, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro
La oferta de misiones estivales de todo tipo es amplísima en los diversos ámbitos de la Iglesia. Diócesis, movimientos, congregaciones, Cáritas diocesanas, universidades, etc., organizan misiones ad gentes –como las de las diócesis de Toledo, a Perú, y de Getafe, a Chile–, campos de trabajo –Cáritas Guipúzcoa, Hermanitas de los Pobres…– y actividades de evangelización, como Arde Complutum, en Alcalá de Henares, o el Festival Anuncio.
Una de las iniciativas más novedosas y completas es Construir la Nueva Ciudad, puesta en marcha en la archidiócesis de Valencia, y en la que participan cerca de 200 jóvenes. «Todo surgió de nuestro arzobispo, monseñor Carlos Osoro, que propuso, a principio de curso, que los jóvenes fuesen misioneros, anunciasen con su vida a Jesús y dieran testimonio ante sus compañeros y amigos», explica Óscar Benavent, Delegado de Infancia y Juventud. Los jóvenes, divididos en grupos de 20 y acompañados por sacerdotes y religiosos, se han repartido en diversas parroquias de la diócesis, «para ponerse al servicio del párroco y construir, con su manera de hacer las cosas y de vivir la fe, una nueva manera de vivir», afirma Benavent.
Cada grupo realiza una tarea concreta, según las necesidades de la parroquia. Están en Paterna, en Aldaia, en el Grao de Gandía, y en Alzira. «Trabajan en escuelas de verano, visitan enfermos, van por las casas anunciando el Evangelio… También hay jóvenes que trabajan en economatos, con Cáritas y en pisos tutelados», señala. Los turistas se quedarán sorprendidos cuando vean, en la poblada playa de Gandía, a chicos repartiendo horarios de Misa. De hecho, mañana, allí y en Aldaia, se celebrará el Nightfever: los jóvenes saldrán, con velas apagadas, para animar a otros a encenderlas en una iglesia y propiciar un momento de oración junto al Santísimo.
¡A pintar la parroquia!
María tiene 20 años, y lleva, desde el lunes, en La Coma de Paterna «colaborando con Cáritas. Concretamente, estamos ayudando a organizar ficheros e historiales de la gente que pasa por la institución, que hay que poner al día». La joven reconoce que eligió pasar esta semana «de servicio», porque «irme de vacaciones es hacer algo que me complace a mí. Y me pareció una buena oportunidad para entregarme, para salir de mí misma». También Samuel, de 20 años, escuchó «la petición de nuestro obispo de que los jóvenes evangelizásemos, y me enganchó». Pero fue «la peregrinación a la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, sin nada, sólo confiando en la Providencia, lo que me convenció del todo», explica el joven. «Esta semana estamos aquí para lo que necesiten», añade. Ahora, toca pintar la parroquia.