Telegramas del Papa al Rey y al cardenal arzobispo de Madrid, al dejar tierra española: - Alfa y Omega

Telegramas del Papa al Rey y al cardenal arzobispo de Madrid, al dejar tierra española:

Papa Juan Pablo II

Afecto y cercanía

Su Majestad Juan Carlos I Rey de España. Palacio de la Zarzuela. Madrid: Al finalizar mi grata permanencia en la capital de España, me complace expresar mi vivo agradecimiento a Vuestra Majestad y a la Reina, a las autoridades y a todo el pueblo español por la hospitalidad que me han dispensado, así como por las sentidas y continuas muestras de afecto y cercanía con las que me han acompañado en cada momento.

Mientras les reitero mi aprecio, renuevo mis mejores votos por su progreso humano y cristiano, en conformidad con sus profundas raíces cristianas, así como por el bienestar espiritual y material de esa querida nación, a la vez que, por mediación de la Virgen Inmaculada, pido para todos y cada uno de ellos la constante protección del Altísimo.

Ioannes Paulus PP. II

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Cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid: Al regreso de mi quinta Visita pastoral a España, agradezco profundamente a usted, a los demás hermanos en el episcopado, a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles de toda la nación, las constantes muestras de afecto y cercanía que, de modo tan significativo, han manifestado durante mi visita, de la que conservo un recuerdo muy grato, que se convierte en plegaria por la continua fidelidad a las raíces católicas y progreso espiritual y humano, basado en los valores sólidos del Evangelio, de los amadísimos hijos e hijas de la noble nación española.

Mientras aliento a todos, pastores y fieles, a continuar siendo testigos de Jesucristo resucitado en la sociedad, les encomiendo a todos a la maternal protección de la Virgen Inmaculada para que las entrañables celebraciones de fe y amor que han tenido lugar en los dos días de mi permanencia en esas tierras produzcan abundantes frutos de vida cristiana, que contribuyan también a la edificación de la nueva Europa de los valores.

Con estos sentimientos les imparto, en señal de benevolencia y prenda de la constante asistencia divina, la bendicción apostólica.

Ioannes Paulus PP. II