28 de diciembre, día de los Santos Inocentes - Alfa y Omega

En este día celebramos, de acuerdo a un relato del Evangelio de san Mateo 2, 13-15, que el Rey Herodes mandó matar a los niños de Belén menores de dos años al verse burlado por los magos de Oriente que habían venido para saludar a un recién nacido de estirpe regia.

«El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Levantándose de noche tomó al niño y a la madre y se retiró hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes».

huida a egipto por matanza Herodes

La huída a Egipto.
Óleo de Jerónimo Ezquerra, en el Museo Carmen Thyssen (Málaga)

A partir del siglo IV, se estableció una fiesta para venerar a estos niños, muertos como «mártires» en sustitución de Jesús. La devoción hizo el resto. En la iconografía se les presenta como niños pequeños y de pecho, con coronas y palmas (alusión a su martirio). La tradición concibe su muerte como «bautismo de sangre» (Rm 6, 3) y preámbulo al «éxodo cristiano», semejante a la masacre de otros niños hebreos que hubo en Egipto antes de su salida de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios (Ex 3, 10; Mt 2, 13-15).

En nuestro tiempo continúa la masacre de inocentes. Es un día en el que hacemos presente a todas las víctimas inocentes, a tantos niños que han sido y son víctimas de lo salvajes que podemos llegar a ser los adultos.