No hemos entendido nada

España llora a casi 24.000 muertos por coronavirus, cada uno con un nombre y una historia, al cierre de esta edición. Inmersa en la incertidumbre de qué pasos va a dar un Gobierno que no puede prolongar el Estado de alarma sinedie, el pasado fin de semana los niños volvieron a las calles. Su sincera alegría al salir de casa tras 43 días de confinamiento y la responsabilidad de la mayoría de padres contrastan con otras actitudes: igual que ocurrirá este sábado, cuando en principio se podrá hacer deporte individualmente y pasear, muchos aprovecharon la medida para hacer triquiñuelas y eso ha generado reacciones encendidas entre los policías de salón.

Aunque los excesos de los primeros pueden salir mucho más caros, unos y otros demuestran que no hemos entendido nada: el bien común se construye desde la responsabilidad personal e implica, por tanto, una revisión permanente de las propias actitudes. Antes de hacer algo por pura apetencia, hay que ver qué implicaciones puede tener para los demás. Antes de reclamar nada o criticar a otros, conviene mirarse en el espejo.