Conciencia del mundo - Alfa y Omega

Conciencia del mundo

La gente está necesitada de Luz como lo estaba hace 2.000 años. Que en 2020 los cristianos sigamos haciendo presente la Buena Noticia

Alfa y Omega
Foto: CNS

«El bien común y el bien de la casa en la que vivimos exigen esfuerzos de cooperación para hacer progresar el florecimiento de la vida y el desarrollo integral de cada miembro de nuestra familia humana». Estas fueron las palabras que el Papa dirigió a los nuevos embajadores de Seychelles, Malí, Andorra, Kenia, Letonia y Níger ante la Santa Sede el pasado jueves, 19 de diciembre, durante la presentación de sus cartas credenciales.

Francisco les trasladó su deseo de que su labor diplomática contribuya a «la construcción de un mundo más justo y pacífico en el cual la vida humana, la dignidad y los derechos sean respetados y valorados», e incidió en que la Iglesia «se compromete a colaborar con cada ente responsable en el promover el bien de toda persona y de todos los pueblos».

En el año que termina, como repasa esta semana Alfa y Omega, el Papa se ha vuelto a alzar en conciencia del mundo y en voz de los descartados. En sus viajes, que le han llevado a once países (Panamá, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Macedonia del Norte, Bulgaria, Rumanía, Mozambique, Madagascar, Mauricio, Tailandia y Japón), se ha encontrado con los fieles católicos, muchas veces minoría, al tiempo que ha mostrado al mundo el rostro de los últimos, ha pedido a los gobernantes que se fijen en ellos y ha buscado aliados en otras religiones a fin de ayudarlos.

En esta línea, el Sucesor de Pedro ha redoblado sus esfuerzos para impulsar la ecología integral, que pasa por el cuidado de la creación pero también por respetar la dignidad de los hombres que la habitamos, como se manifestó durante el Sínodo de la Amazonía. Y ha profundizado en las reformas de la Iglesia para depurar responsabilidades en los casos de abusos y en los escándalos financieros, y evitar que se repitan.

Como dijo al poco de ser elegido a un grupo de periodistas, el Papa quiere «una Iglesia pobre y para los pobres», una Iglesia coherente que haga presente el Evangelio en un mundo que hoy afronta grandes retos. La gente está necesitada de Luz como lo estaba hace 2.000 años. Que en 2020 los cristianos sigamos haciendo presente la Buena Noticia.