1,7 millones de personas se beneficiaron de la labor de Manos Unidas en 2022
La ONG católica invirtió casi 35 millones de euros en financiar 488 en 55 países, con la alimentación, la sanidad, la educación y los derechos de las mujeres como prioridades
La pandemia del coronavirus perdió intensidad en 2022. Pero «desgraciadamente, sus consecuencias socioeconómicas causaron estragos entre las poblaciones más vulnerables», ha lamentado este martes Cecilia Pilar, presidenta de Manos Unidas, durante la presentación de la Memoria de actividades de la entidad. Al mismo tiempo, «la desigualdad más lacerante acrecentó la brecha entre ricos y pobres hasta niveles nunca antes vistos». Este contexto implicó también retos como el aumento del hambre, la violencia, los desplazamientos forzados y los impactos del cambio climático.
Para paliar esa desigualdad, la ONG católica invirtió 34,78 millones de euros, con los que ayudó directamente a 1,76 millones de personas en 55 países. Lo hizo a través de 488 nuevos proyectos, y otros que vienen de antes. Además, se concluyeron con éxito tres convenios con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Senegal, Ecuador y Filipinas.
En 2022, el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo dio a conocer que 828 millones de personas pasan hambre. Para la presidenta de Manos Unidas, «son cifras que causan vergüenza y estupor y que, mucho nos tememos, seguirán aumentando impulsadas por los conflictos, el cambio climático, el acaparamiento de tierras, o la proliferación de las actividades extractivistas sin control. Y con el hambre se intensificarán la pobreza, las guerras, la falta de oportunidades y las migraciones».
Alimentos para América
El continente donde Manos Unidas centró más sus esfuerzos es América. Allí se enviaron 15,31 millones de euros para 163 proyectos, frente a los 150 del año anterior. El 42 % de los proyectos estaban relacionados con la alimentación y la ayuda a la población para que pueda ganarse la vida. Así se dio respuesta al empeoramiento de la situación económica como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y de la guerra en Ucrania.
Se detectó también un incremento de la violencia hacia mujeres y niños y de las violaciones de los derechos humanos. La ONG católica afrontó estos problemas dedicando un 23 % y un 13 % de su inversión, respectivamente, a proyectos en dichos ámbitos. Especial preocupación supuso la creciente inestabilidad en Haití, donde Manos Unidas apoyó cuatro proyectos que buscaban paliar la inseguridad y los saqueos.
En África, a las consecuencias de la inflación por la guerra y de la pandemia, se sumó además el impacto del yihadismo en las comunidades vulnerables de Burkina Faso, Malí, Níger o Chad. También el conflicto en la República Democrática del Congo, donde Manos Unidas atendió a los desplazados por el grupo armado M23, y en Cabo Delgado (Mozambique).
Al margen de estos proyectos humanitarios de emergencia, la partida más grande de los 13 millones de euros que la entidad envió a África en 2022, un 43 %, se destinó a educación. Además, un 22 % cubrió proyectos sanitarios, y un 10 % otros de promoción de la equidad.
Alivio para Siria
Por último, Manos Unidas envió 6,45 millones de euros a 117 proyectos en Asia. Una de las grandes apuestas fue seguir aliviando las consecuencias de la guerra en Siria. Así, se incrementó la presencia con proyectos educativos y de apoyo psicológico para niños y mujeres, además de formación para el empleo de los jóvenes y mejora de la atención hospitalaria en Alepo. También se ha apoyado una iniciativa de salud psicológica en el Líbano.
En 2022, Manos Unidas apoyó 46 proyectos de emergencia, por un total de 2,07 millones de euros. Con ellos se ofreció los medios básicos de supervivencia a las víctimas de desastres naturales y a la población desplazada por conflictos armados. Desde la ONGD católica han celebrado también que, debido a la mejora de la pandemia, el año pasado se pudieron reanudar las visitas los proyectos sobre el terreno. Esto permitió conocer distintas realidades y facilitar la financiación de nuevos proyectos.
Sensibilización contra la indiferencia
Un 5,4 % de los 44,9 millones de euros que gastó la entidad el año pasado se dedicaron al otro gran fin de su labor, la sensibilización y la educación para el desarrollo en España. En esta partida se incluye la campaña Nuestra indiferencia los condena al olvido. También una intensa presencia en colegios, universidades, fundaciones, parroquias, foros, grupos de incidencia y medios de comunicación, entre otros.
«No podemos permanecer impasibles ante la desigualdad que condena al olvido y a la marginación a mujeres, niños, ancianos, personas con discapacidad, minorías étnicas… a aquellos que representan a los desheredados de la Tierra», ha apuntado Pilar.
Toda esta labor fue posible gracias a más de 73.000 socios y colaboradores y al trabajo de casi 6.500 voluntarios. En 2022, Manos Unidas recaudó 49,8 millones de euros, un 2 % menos que en 2021. Estos fondos procedieron en su mayor parte —un 88,2 %— del sector privado. En cuanto al resto de los ingresos, llegaron de instituciones como la Unión Europea, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), o diversos ayuntamientos y diputaciones.
La presidenta de Manos Unidas concluyó su exposición recordando que «nuestro trabajo puede que sea una gota de agua en un océano sembrado de necesidades e injusticias, pero ha hecho posible que, de una u otra manera, cambiemos la vida de 1,7 millones de personas».