16 jóvenes se consagran a María en Gaza: «En medio del calvario Jesús les entrega a la Virgen»
Después de tres meses de preparación espiritual, celebraron el paso dado con agua y unas galletas. Esta forma de devoción forma parte del carisma del Instituto del Verbo Encarnado, al que pertenece el párroco
El pasado domingo, la Franja de Gaza se despertó con la noticia de la muerte de más de una treintena de personas (terroristas según Israel) por ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel el día anterior. Y con la sombra del hambre y la falta de bienes básicos siempre presente. Sin embargo, en la parroquia de la Sagrada Familia fue un día de fiesta. No solo se celebraba a Nuestra Señora Reina de Palestina. Además, 16 jóvenes se consagraron a Jesús por María. «Estaban contentísimos, tanto ellos como sus familias», relata Gabriel Romanelli, IVE, párroco y colaborador de Alfa y Omega.
Para el misionero argentino «es un signo de benevolencia divina» que, al igual que en la cruz «nuestro Señor entregó a su Madre santísima a la humanidad», también en medio del «calvario que está padeciendo Gaza, Jesús entregó a la Virgen a estos jóvenes». En la celebración, como no podía ser de otra forma, «hemos aprovechado a rezar para que Dios nos conceda la tan ansiada paz en esta parte de Tierra Santa».
En la Eucaristía participó también Carlos Ferrero, el provincial del Instituto del Verbo Encarnado. Durante su homilía, el párroco subrayó el papel vital de la oración en medio del sufrimiento. Reconoció el dolor que viven los habitantes de Gaza pero señaló a María al pie de la cruz como fuente de valor e inspiración. Después, la comunidad se reunió para celebrar este acontecimiento con agua y unas galletas.
Tres meses de preparación
Durante tres meses, los muchachos se estuvieron reuniendo cada día para leer y meditar juntos El secreto de María y El tratado de la verdadera devoción a la Virgen María, ambos de san Luis María Grignion de Montfort, quien propuso esta forma de devoción. «Los tenemos editados en árabe», explica Romanelli. En estos encuentros diarios, además de encomendar la consagración en sí no faltaba la oración por la paz.
La consagración a la Virgen es una característica del Instituto del Verbo Encarnado, al que pertenece el sacerdote; y de su rama femenina, las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, también presentes en la parroquia. «Hacemos un cuarto voto de esclavitud mariana y difundimos» esta espiritualidad «entre los laicos donde tenemos misiones», comparte el sacerdote.
Romanelli explica que «este voto o “materna esclavitud de amor”» sigue las enseñanzas de Grignion de Montfort. «Consiste en volver a consagrarse a Cristo, entregarle todo el pasado, presente, futuro, todo lo que uno es, tiene y desea en su vida por medio de la Virgen Santísima».