El Rey León ruge con fuerza (pero sólo en el segundo acto) - Alfa y Omega

Dicen aquello de que nunca las segundas partes fueron buenas. Dicen, y dicen… Pero en El Rey León el axioma no se cumple en absoluto. El ritmo lento y la historia contada en un plano exageradamente infantil cambió de faz en el segundo acto. Quizá porque sonó con fuerza Hakuna Matata y porque personajes como Simba recobrar su identidad.

La puesta en escena está por las nubes. A la explosión de colorido y ritmo le siguen el juego de máscaras y la técnica del doble acontecimiento o bunkaru, por la que los aristas controlan unas figuras de gran tamaño al mismo tiempo que se le ven los rostros. A todo esto hay que añadir las numerosas ocasiones en que el reparto se pasea por la platea como en el extraordinario origen de la función que trasluce lo que será el espectáculo.

De los personajes sobresalen Zazu, Timón y Scar. Los dos primeros por sus múltiples golpes de humor durante las más de dos horas de función y por alguna sorpresa escenográfica, que bien recuerda a uno de los mejores momentos cómicos de la tercera entrega de la saga de Toy Story. Y en el caso de Scar destaca la perfecta encarnación del personaje.

Musicalmente se echa en falta la completa castellanización del show. En varios momentos, la procedencia extranjera de los actores, hace deslucir la gran banda sonora de la película de Disney que contó con la extraordinaria aportación de Elton John y Hans Zimmer.

Si quiere disfrutar al cien por cien del espectáculo, deje volar su imaginación. Vuelva a su infancia, adéntrese en una de las historias más bellas de Disney y disfrute de las más de 200 esculturas y figuras animadas que desfilan con maestría por el escenario en uno de los mejores musicales en Madrid.

El Rey León

★★★★☆

Teatro:

Teatro Lope de Vega

Dirección:

Calle Gran Vía, 57

Metro:

Plaza de España