15 días de lucha por la libertad - Alfa y Omega

15 días de lucha por la libertad

Por segundo año, los obispos de Estados Unidos animan a todos los católicos a participar en la Quincena por la Libertad Religiosa. Del 21 de junio –víspera de los Santos mártires ingleses Tomás Moro y Juan Fisher– al 4 de julio –Día de la Independencia norteamericana–, se organizarán por todo el país encuentros de oración y acciones públicas para advertir de que la libertad religiosa está hoy «más amenazada que nunca» en el gran país de la libertad

Ricardo Benjumea
La necesidad de oración en defensa de la libertad religiosa nunca ha sido mayor en Estados Unidos.

«La necesidad de oración, educación y acción en defensa de la libertad religiosa nunca ha sido mayor», afirma monseñor William Lori, arzobispo de Baltimore y presidente del Comité ad hoc de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Monseñor Lori presidirá mañana la Misa de inauguración de la Quincena por la Libertad Religiosa (Fortnight for Freedom, en inglés). La clausura, el 4 de julio, será en la basílica nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington D. C. Hasta ese día, habrá por todo el país multitud de actos y encuentros, procesiones eucarísticas, charlas y exposiciones, iniciativas de voluntariado social… Todos los católicos han sido convocados. Y para facilitarlo, la campaña ofrece una serie de ideas que cualquier pequeña parroquia puede llevar a cabo.

¿Pero está amenazada la libertad religiosa en EE. UU.? Así lo denunció Benedicto XVI, recuerdan los obispos. El 1 de agosto, entrará en vigor el mandato incluido en la reforma sanitaria que obliga, también a las entidades religiosas, a contratar seguros con coberturas tales como esterilizaciones, anticonceptivos y drogas abortivas. Se espera también que el Tribunal Supremo se pronuncie en breve en dos casos decisivos para el futuro del reconocimiento legal de la institución matrimonial, y hay indicios de que podría revocar los vetos constitucionales en muchos Estados al reconocimiento del llamado matrimonio homosexual. Esta decisión tendría serias repercusiones en materia de libertad religiosa. Las agencias católicas de adopción se han visto obligadas a cerrar en varios Estados por negarse a entregar a niños en adopción a parejas homosexuales. Similar discriminación ha padecido el Servicio de Migraciones y Refugiados de la Conferencia Episcopal, que realiza una reconocida labor con refugiados. Tenía contratado un programa con el Gobierno federal, pero éste decidió alterar unilateralmente las normas, y exigirle practicar abortos o derivar a las mujeres a centros que los ofrezcan.

Otra de las preocupaciones de los obispos está relacionada con la atención a los inmigrantes, ya que varios Estados han aprobado leyes que prohíben asistir a extranjeros sin papeles. Precisamente en materia de inmigración, los obispos están siendo un factor clave para que Demócratas y Republicanos lleven a buen puerto una reforma sanitaria que regularice la situación de 11 millones de inmigrantes. La implicación católica ha terminado por arrastrar a líderes de varias confesiones evangélicas, lo que, a su vez, ha cimentado el consenso bipartidista.

La defensa de la libertad religiosa, dentro y fuera del país, está dando un gran impulso al diálogo ecuménico en EE. UU. Pertrechados con la doctrina social de la Iglesia, los católicos han asumido un papel de liderazgo social en la defensa de los inmigrantes, pero también del derecho a la vida o de la familia. Hace unas semanas, el cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York y Presidente del episcopado, recibió un prestigioso Premio evangélico, el William Wilberforce Award. Es un reconocimiento a la batalla de la Iglesia en defensa de la Primera Enmienda de la Constitución americana, que, como recuerdan los obispos, no se refiere sólo a «poder asistir a misa los domingos y rezar el Rosario en nuestros hogares», sino que también incluye la posibilidad de «contribuir libremente al bien común de todos los estadounidenses», sin tener que renunciar a la propia fe.