12 gestos virales del Papa Francisco
El Pontífice ha dejado muchas imágenes que pasarán a la historia. Algunas le han ocasionado críticas, pero con ellas el Santo Padre ha logrado transmitir el mensaje de la Iglesia más allá de sus muros
A Bergoglio se le ha llamado el Papa de la misericordia, o de la esperanza, pero también ha sido, sin duda, el Papa de los gestos. Estos han tenido más importancia de lo que parece a simple vista y se han entendido como una extensión de su mensaje pastoral. Una especie de encarnación del magisterio que a lo largo de los años ha ido desarrollando. Un ejemplo de cómo poner en práctica ese mensaje que se ha popularizado al final de su pontificado: «Todos, todos, todos» caben en la Iglesia. Los migrantes, los palestinos, los israelíes, las personas con el rostro desfigurado, los presos o los sacerdotes secularizados que posteriormente han contraído matrimonio.
Francisco también ha utilizado esta herramienta pastoral para hacer diplomacia y acelerar distintos procesos de paz que parecían encasquillados. En este sentido, destaca el olivo que plantó el Papa en el Vaticano junto a Shimon Perez, Mahmud Abás y el patriarca Bartolomé. O aquel momento en el que se puso de rodillas ante los líderes de los dos bandos que combaten en Sudán del Sur y les besó los pies. Fue un gesto considerado de los más impactantes de su pontificado, con el que llamó a las autoridades del país a «buscar lo que les une y superar todo lo que les divide. La gente está cansada y agotada por las guerras pasadas».
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que esta recopilación es solo una muestra de la multiplicidad de imágenes con las que el Santo Padre ha querido remover los cimientos de nuestra conciencia y desarticular el «siempre se ha hecho así». En este sentido, cabe recordar su decisión de rechazar vivir en el Palacio Apostólico para hacerlo en Casa Santa Marta. O el cambio litúrgico que propició en 2016 para que «los pastores de la Iglesia puedan seleccionar a los participantes en el rito» del lavatorio de pies «entre todos los miembros del pueblo de Dios». Un cambio que él mismo ya había puesto en práctica en su primer Jueves Santo como Papa. Entonces lavó los pies a varios detenidos de una prisión de Roma, incluyendo a mujeres y a musulmanes.
Críticas y viralidad
Algunas de estas acciones no le han ahorrado críticas, al contrario. No han sido pocos, en una y otra parte del mundo, los que se han pronunciado en contra de algunos gestos. Pero de lo que nadie duda es de que en una sociedad que da tanta importancia a la imagen, estas doce fotografías han dado la vuelta al mundo. Esto, a su vez, ha logrado colocar su mensaje de caridad y misericordia más allá de las fronteras de la Iglesia.

Los dos Papas rezando juntos
Poco después de su elección, Francisco visitó a su predecesor en Castel Gandolfo. La foto de los dos Papas rezando juntos, uno que comenzaba su ministerio y otro retirado, simbolizó una transición histórica en la Iglesia y desbarató las intenciones de quienes querían enfrentarlos.

El primer lavatorio de pies, con mujeres y musulmanes
En su primer Jueves Santo como Papa, Francisco lavó los pies de jóvenes detenidos en una prisión de Roma, incluyendo a mujeres y musulmanes. Más tarde consolidó esta iniciativa modificando el ritual de esta celebración.

Su primer viaje, a Lampedusa, para acercarse a los migrantes
En su primer viaje fuera de Roma visitó esta isla italiana, epicentro de la crisis migratoria. Las imágenes de Francisco saludando a los migrantes después de arrojar una corona de flores al mar en memoria de los fallecidos marcó su defensa de los desplazados.
El emotivo encuentro entre Francisco y Vinicio Riv
Durante una audiencia general, Francisco abrazó y bendijo a Vinicio Riva, un hombre con neurofibromatosis, dolencia que deformaba gravemente su rostro. La ternura de ese gesto recorrió el mundo como símbolo de compasión.

El olivo de la paz del Vaticano plantado por Israel y Palestina
El Papa Francisco, Shimon Peres, Mahmud Abás y el patriarca Bartolomé plantaron entre todos un olivo por la paz en el Vaticano. Más de diez años después, la guerra en Tierra Santa aún no ha terminado.

Comida y tertulia distendida con los operarios vaticanos
El Papa llegó, cogió una bandeja, se puso a la cola y se sentó a comer con el resto. «¡Ha sido una sorpresa! ¿El Papa que viene a comer donde nosotros? Nos ha cogido desprevenidos, pero ha sido una de las satisfacciones más grandes que te pueden pasar», declaró posteriormente uno de los cocineros.

Misa en la frontera de México y EE. UU.
El Papa celebró una Eucaristía en Ciudad Juárez (México) con una cruz al fondo, mirando hacia los migrantes al otro lado del muro. Una imagen que sigue de actualidad a raíz de las últimas decisiones de la Administración Trump para con los migrantes.

Francisco ante el horror del campo de exterminio
En silencio bajo el letrero «Arbeit macht frei», Francisco visitó el campo de exterminio nazi de Auschwitz. Su rostro reflexivo y la austeridad de la escena reflejaron su compromiso con la memoria y la paz.

Con sacerdotes secularizados y posteriormente casados
Durante el Año de la Misericordia, el Papa dedicó algunos viernes a visitar por sorpresa a distintos grupos de fieles. En la imagen, su encuentro con un grupo de sacerdotes secularizados y posteriormente casados, acompañados por sus mujeres e hijos.

Una boda de altos vuelos rumbo en Chile
El Papa Francisco hizo historia al casar a dos miembros de la tripulación del avión que le trasladaba de Santiago de Chile a Iquique, en el norte del país. No se habían podido casar antes porque su iglesia fue destruida por un terremoto, así que el Pontífice presidió su enlace durante el trayecto.

El beso en los pies a los líderes de Sudán del Sur
Francisco besó los pies de los líderes de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit (presidente) y Riek Macharel (líder de la oposición) y los invitó a «buscar lo que les une y superar todo lo que les divide. La gente está cansada y agotada por las guerras pasadas». La imagen dio la vuelta al mundo.

Una bendición papal frente al coronavirus
En plena pandemia, con gran parte de la humanidad confinada en su casa, el Papa Francisco impartió una bendición urbi et orbi extraordinaria bajo la lluvia, solo, frente a una plaza de San Pedro desierta.