11 años después del 11M, Madrid vuelve a rezar por sus víctimas - Alfa y Omega

11 años después del 11M, Madrid vuelve a rezar por sus víctimas

Monseñor Carlos Osoro presidió, ayer, un funeral en la catedral de la Almudena por las víctimas del atentado del 11M. A la celebración acudieron numerosos representantes políticos, así como miembros de las Asociaciones de víctimas del terrorismo. El arzobispo de Madrid afirmó, en la homilía, que «el origen de esta aberración está, en muchos casos, en la negación de la existencia de Dios». «La plaga del terrorismo –dijo-, tiene que reclamar de nosotros una reflexión profunda sobre la necesidad de no eludir la presencia del Dios verdadero, que siempre es un Dios de vida y que no quiere la muerte de los hombres»

Redacción

Ayer, 11M, 11 años después del brutal atentado que acabó con la vida de 192 personas e hirió a cerca de 2.000, don Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió una Misa funeral en la madrileña Catedral de la Almudena, concelebrada, entre otros, por el Obispo auxiliar de Madrid, monseñor Fidel Herráez.

A la celebración acudieron numerosos representantes políticos, entre los que se encontraba el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; la Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes; la candidata a la alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la alcaldesa, Ana Botella; o el ex alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano. También asistieron los presidentes de las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, así como representantes sanitarios, policiales y de los bomberos.

Durante la Eucaristía, que comenzó minutos después de las 10:30 de la mañana, monseñor Osoro aseguró que el terrorismo «siempre es injustificable y siempre es una perversión moral. El origen de esta aberración está, en muchos casos, en la negación de la existencia de Dios» y, en otros, «en la ideologización de una manera de entender a Dios que, ciertamente, no es el que se nos ha revelado en Jesucristo, ni el que queremos alcanzar los hombres».

«La plaga del terrorismo –dijo-, tiene que reclamar de nosotros una reflexión profunda sobre la necesidad de no eludir la presencia del Dios verdadero, que siempre es un Dios de vida y que no quiere la muerte de los hombres. La negación de Dios es la tragedia más tremenda del ser humano, porque en el fondo, cuando lo niega, desconoce quién es todo ser humano, y desconoce también la imagen verdadera de Dios».

Al contrario, «los cristianos, al mismo tiempo que rechazamos todo terrorismo, le decimos al Señor, en la memoria y en el recuerdo de quienes han sido víctimas mortales de él, las mismas palabras que dijo Marta a Jesús: sí, Señor, yo creo que Tú eres el Mesías, el hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo». Estas palabras, afirmó el prelado, «iluminan la vida de quienes nos dejaron, y también la de los que estamos aun viviendo». Hoy, «Jesucristo, nos sigue diciendo, con su presencia real: Yo soy la resurrección y la vida».

Monseñor Osoro concluyó su homilía pidiendo que «todos los que estamos aquí, unidos en la oración a los que murieron y unidos a los que habéis padecido este atentado, descubramos junto al Señor que Él es la resurrección y la vida. Dios es amigo del hombre y cambia su corazón. Acojámosle».