El ambiente que genera la sala del Teatro Muñoz Seca provoca ya un viaje en el tiempo, un sumergirse en tiempos atrás, donde el tabaco y el whisky eran sinónimos de elegancia y donde los crímenes en la oscuridad, en aquellas preciosas mansiones inglesas, estaban a la orden del día.
10 negritos, de Agatha Christie, es una de las obras más conocidas de la escritora y, sin duda, un clásico de la novela policiaca. La historia nos cuenta cómo un grupo de personas se encuentran juntos en una maravillosa casa en la Isla del Negro, después de recibir una invitación para pasar las vacaciones. Todo gira en torno a una canción infantil, los 10 negritos, que relata como uno a uno, esos diez negritos van desapareciendo hasta quedar ninguno. La ficción se hace realidad y los invitados empiezan a morir, uno a uno, de manera similar a cómo lo relata la canción. Todo ello como venganza o castigo por crímenes que, supuestamente, cada uno de ellos cometió. Nos encontramos en una casa que podría estar o bien, llena de víctimas o llena de asesinos.
La obra, puesta en escena por el director Ricard Reguant, cuenta con un maravilloso reparto: Mónica Soria en el papel de Mrs. Rogers; Pablo Viña como Mr. Rogers; Quim Capdevila como Philip Lombard; Lydia Miranda como Vera Claythorne; David Zarzo como el divertido Anthony Marston; Diego Molero, impecable como William Blore; Jorge Lucas como el Coronel Mackenzie; Paco Churruca como Lawrence Wargrave; Antonio Albella, impresionante como el Dr. Armstrong; y finalmente, la muy esperada Lara Dibildos en el papel de mujer fatal como Emily Brent. Los actores son capaces de generar intriga en el público y mantener la atención en vilo, a pesar de que alguno se hubiese leído antes la obra.
Al estar dentro del teatro y ver la obra, recordé con añoranza aquellas veces en que mis padres solían llevarme a pasar un buen rato y divertirme con la puesta en escena: una buena historia, que haga a veces reír pero a la vez estar en el borde de la butaca por la intriga; una buena escenografía, un vestuario adecuado, un sonido bien montado y una tarde de domingo agradable.
A pesar de que muchas personas podrían llamar a la obra un poco anticuada, por estar ya acostumbrados a esas puestas en escena modernistas llenas de adaptaciones, tengo que decir que este es mi tipo de obra, el teatro «de toda la vida», y que recomiendo ampliamente para pasar una encantadora tarde.
★★★☆☆
Teatro Muñoz Seca
Plaza del Carmen, 1
Gran Vía y Sol
Hasta el 3 de mayo