1.200.000 personas se beneficiaron de la labor de Manos Unidas el año pasado
La organización humanitaria de la Iglesia financió 550 proyectos en América, África y Asia por un más de 40 millones de euros, seis más que el año anterior
Manos Unidas ha presentado este miércoles en Madrid su Memoria de actividades del año pasado en el ámbito de la educación para el desarrollo, a través de la sensibilización y de la financiación de proyectos de cooperación.
Así, durante 2023, Manos Unidas aprobó 550 nuevos proyectos de desarrollo en América, África y Asia por un importe de más de 40 millones de euros, seis millones más que el año anterior. De este trabajo se beneficiaron de manera directa a más de 1.200.000 de personas en 51 países del mundo. Para su financiación, la ONG de la iglesia recaudó en 2023 casi 47,5 millones de euros, de los cuales más de un 90 % llegó de donaciones privadas.
Para la presidenta de la organización, Cecilia Pilar, «2023 fue un año convulso que estuvo marcado por unas guerras que han condenado al olvido a otros muchos conflictos que se viven en nuestro planeta y de los que poco se habla. Con esto, una vez más quedan patentes esas grandes desigualdades que dividen y separan a las poblaciones con una brecha, aparentemente, insalvable».
En este sentido, la labor de sensibilización de Manos Unidas, así como el trabajo de sus 72 delegaciones diocesanas y sus más de 500 comarcales, ha servido para denunciar y dar a conocer esas estructuras, comportamientos y estilos de vida, «totalmente instalados y perpetuados en nuestro día a día y que conforman esa “economía que mata”, a la que siempre se refiere el Papa», según la presidenta de la organización.
En la presentación de la Memoria de actividades de Manos Unidas se han dado a conocer algunas de las iniciativas de la organización que abordan la realidad de las migraciones en el mundo. Entre ellas se encuentra un proyecto para apoyar a niños vulnerables y víctimas de trata de seres humanos en la ciudad de Poipet, en Camboya, junto a la frontera con Tailandia. Esta localidad es atractiva para los migrantes por su industria de casinos y su proximidad al mercado laboral tailandés. Ana Luna, responsable de proyectos de Manos Unidas en India oeste y Sudeste asiático, señala que «muchas de las personas que migran a Poipet desde el campo lo hacen de forma forzosa, endeudándose para poder hacer el viaje, atraídas por las supuestas oportunidades que brinda la ciudad, pero sin tener dónde alojarse, sin saber qué van a hacer cuando lleguen y sin tener una formación que les permita encontrar un trabajo digno». «De estos migrantes, los menores son especialmente vulnerables, migran con sus familias, no acuden al colegio y tienen que trabajar en lo que sea para contribuir a la economía familiar. Muchos acaban mendigando, robando, víctimas del alcohol y las drogas o engañados por las mafias siendo traficados a Tailandia», denuncia la experta.
El proyecto de Manos Unidas está enfocado a que los niños migrantes o víctimas de trata puedan reintegrarse en sus familias de origen o en sus comunidades a través de un empleo o continuar los estudios en escuelas públicas. Según Ana Luna, los beneficiarios directos son aproximadamente 2.995 niños, de estos, 1.606 niñas.