Leonello Leidi: «Jesús recorrió esta escalera en la Pasión» - Alfa y Omega

Leonello Leidi: «Jesús recorrió esta escalera en la Pasión»

Rodrigo Moreno Quicios
El sacerdote pasionista a los pies de la Escalera Santa
El sacerdote pasionista a los pies de la Escalera Santa. Foto: CNS.

Los restos de la primera residencia de los Papas antes de mudarse al Vaticano son hoy un lugar de devoción. Allí está la escalera que Jesús recorrió para ser juzgado por Poncio Pilato y que hoy los peregrinos suben de rodillas. El rector de este santuario cuenta que los Pontífices del pasado discernieron aquí grandes reformas y rezaron ante históricas reliquias para protegerse de los bárbaros.

¿Conocen los turistas el pontificio santuario de la Escalera Santa?
No, es un lugar demasiado particular, pero lo acaban viendo cuando se acercan a la basílica de San Juan de Letrán porque estamos muy cerca. Cuando entran, ven la grande bellezza que suponen sus 1.110 metros cuadrados de frescos, las escaleras, la capilla y el coro. Descubren el edificio que mandó construir Sixto V sobre las ruinas del palacio papal. Al final de 1305, los Papas se marcharon 70 años a Aviñón, en Francia. Cuando volvieron aquí, vieron que su palacio había sido saqueado y se fueron a la fortaleza que levantó León VIII y donde está el actual Vaticano. El Papa Sixto hizo aquí muchas obras de 1586 a 1589, erigió el que es ahora palacio del Vicariato de Roma y este santuario a la Pasión de Jesús. También trajo muchas reliquias, como la Escalera Santa que se encontraba en el lado norte del antiguo palacio papal. Su arquitecto de confianza, Domenico Fontana, la puso en el centro de la planta baja e instaló cuatro escaleras más. Arriba está la capilla pontificia, el Sancta Sanctorum.

¿Es cierto que Jesús recorrió sus escalones y hay manchas de su sangre?
La tradición dice que sí. Después fue confirmado en una bula papal de Sixto V en la que dijo que la madre del emperador Constantino, santa Elena, transportó en el año 326 los peldaños de esta escalera desde Jerusalén a Roma. Según la tradición, esta escalera llevaba al palacio del pretorio, donde Jesús fue juzgado por Poncio Pilato. Jesús subió y bajó por ella en el relato de la Pasión. En la Edad Media, a partir del año 1000, se desarrolló una gran devoción. Podemos encontrar en los peldaños número dos, once y 28 algunas manchas rojas. Dicen que eran gotas de la sangre de Cristo. Los peregrinos empezaron a acudir a estas escaleras y en 1723 Inocencio XIII las mandó recubrir de madera con unas ventanitas en las que se ven unas cruces que marcan dónde estaban las manchas.

¿Qué hacen los peregrinos al llegar?
La Escalera Santa solo se sube de rodillas. Se comienza junto a unos frescos en los que se representa la última cena de Jesús y el lavatorio de los pies o la oración en el huerto de los Olivos. En la cima hay un cuadro precioso de la crucifixión. El peregrino que la sube se sumerge profundamente en la Pasión.

En la planta de arriba está el Sancta Sanctorum. ¿Qué reliquias tiene?
Es la capilla privada que tenían en su palacio los Pontífices. Desde el siglo VIII se llamó así porque su altar custodiaba fragmentos de la cruz, de la corona de espinas, una sandalia de Jesús y un trozo de la caña con la que se le dio de beber vinagre. También tenía un trozo de la túnica de san Juan Bautista y reliquias de san Esteban, san Lorenzo, san Cesario y santa Práxedes. Hasta 1370 custodió los cráneos atribuidos a san Pedro y san Pablo que ahora están en San Juan de Letrán, y una urna con la cabeza de la mártir santa Inés de Roma. En 1902, algunas reliquias se distribuyeron por otras basílicas, pero aquí quedan muchas en 28 contenedores de plata.

¿Qué Papas rezaron aquí?
Bonifacio VIII, el primero que pensó en un Jubileo, el de 1300, vivió en este palacio y en esta capilla posiblemente tuvo la idea de responder al pueblo de Roma que deseaba el perdón. Honorio III, el autor de la regla bulada de san Francisco, probablemente la discernió y aprobó aquí. Y existe el relato de que en el 728 Esteban II, para impedir la invasión de los bárbaros, salió en procesión desde aquí con un antiquísimo icono de Cristo Salvador que se conserva en la capilla y es, según la tradición, una pintura acherópita, no realizada por mano humana.