Yo niña. Cuando somos esclavos de la utopía - Alfa y Omega

Yo niña. Cuando somos esclavos de la utopía

Juan Orellana
La niña, interpretada por Huenu Paz Paredes, junto a su madre, Andrea Carballo. Foto: Reverso Films

Se estrena por fin en nuestras salas esta película que hace justo dos años llegaba al Festival de Málaga con la presencia de su directora, la argentina Natural Arpajou. Se trataba de su ópera prima y fue muy bien acogida, obteniendo incluso una Mención Especial por parte del jurado de SIGNIS, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. Al interés de la película en sí misma se añadía el hecho de su carácter autobiográfico: la cinta recreaba las propias experiencias que vivió de niña la directora, y que marcaron su vida para siempre. Una recreación que suavizaba la realidad vivida y que incurría en deliberados olvidos, para no hacer demasiado cruda la historia.

Yo niña nos cuenta la infancia de Armonía, una niña cuyos padres, Pablo y Julia, unos jipis herederos de la mentalidad revolucionaria de los 70, han decidido romper con el sistema e irse a vivir a una cabaña a la Patagonia, en plan Robinson Crusoe, sin recursos ni ingresos. Ellos aspiran a hacer realidad una utopía marxista-roussoniana y pretenden educar a Armonía en una idílica inocencia precapitalista. Pero enseguida la testarudez de la realidad se impone: no les alcanza para comer, no tienen servicios médicos y, sobre todo, Armonía crece sola y aburrida, sin la imprescindible socialización. Esta situación va minando también la relación entre sus padres, y la pobre niña va acusando recibo de todos esos desatinos.

La película es una ilustración sincera y desideologizada de lo que ocurre siempre que trata de imponerse una utopía por encima de la realidad, de la naturaleza del ser humano y de sus exigencias elementales. El resultado se traduce siempre en una mayor infelicidad de propios y ajenos. Es el destino universal de cualquier ideología.

Natural Arpajou, la directora, hace con esta película un ajuste de cuentas casi terapéutico con su pasado, que ella experimenta como una injusticia, como un desconcierto que le privó de certezas básicas. Como afirma ella misma, «todo hombre tiene derecho a buscar su ideal, su felicidad, pero la línea que no debe pasar es el otro, sea quien sea: un hijo, un familiar, alguien a quien amas». La película no quiere juzgar a los personajes, sino su forma equivocada y parcial de ver la vida.

La cinta está muy bien realizada y, además del paisaje argentino maravilloso, cuenta con unas interpretaciones sorprendentes. La niña, Huenu Paz Paredes, hace un trabajo asombroso a pesar de su edad, y Esteban Lamothe y Andrea Carballo en el papel de sus padres también dotan al filme de un enorme realismo. Yo niña combina el tono costumbrista de la historia con algunos momentos más líricos, como cuando la niña intenta comunicarse con el cielo para que alguien la libere de esa situación en la que vive. Una película sin duda oportuna en estos momentos en los que el populismo vuelve a ofrecer el enésimo falso y peligroso paraíso.

Yo niña
Director:

Natural Arpajou

País:

Argentina

Año:

2018

Género:

Drama

Público:

+12