Yanet y su hija ya no pasan hambre gracias a los fondos europeos
Con 15,5 millones de euros del Fondo Social Europeo, Cáritas ayudará a 12.000 personas a mejorar su acceso al empleo. «El dinero nos permite profesionalizar el servicio que damos»
Detrás de la voz jovial de Yanet Rosabal uno no intuye que acaba de salir de trabajar después de una muy larga jornada en el restaurante en el que es camarera ni todo lo que ha sufrido esta madre de familia, que tuvo que abandonar su Cuba natal junto a su marido y su hija y que incluso ha pasado hambre para poder darle algo de comer a su niña. «Eso lo haría cualquier madre», asegura.
La familia llegó hace unos tres años a Tenerife «y nos metimos en casa de mi cuñado». Una vez instalados, Yanet comenzó a buscar trabajo, «pero no encontraba nada porque no tenía papeles». La situación se prolongó en el tiempo y «en casa, empezamos a sentir que molestábamos». Sin trabajo, además, el dinero no abundaba, y lo poco que conseguía «limpiando de vez en cuando alguna casa» lo empleaba en alimentar a su hija. «A lo mejor tenía 20 euros y le compraba unos yogures a la niña y unos zapatos para el colegio», rememora.
Ante este panorama, fue una amiga de Yanet la que le habló de Cáritas. Y aunque la embargaba la vergüenza, «acudí a la parroquia porque la necesidad era mucha». Después de esa primera acogida en la Cáritas parroquial, que le proporcionó alimentos, le propusieron participar en el proyecto MILA de Cáritas Diocesana de Tenerife, dirigido a personas con dificultades de inserción sociolaboral y que se financia gracias al Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES) del Fondo Social Europeo y a otras entidades como la Fundación Mapfre, UNESPA o Inditex.
Yanet aceptó y ahora está trabajando después de pasar por los dos procesos que forman el proyecto MILA, que debe su nombre a una antigua trabajadora de Cáritas Diocesana de Tenerife que «murió hace algunos años después de desvivirse por el programa de empleo», explica Yurena Trujillo, la coordinadora. «Tenemos dos líneas. En primer lugar, están los itinerarios de inserción sociolaboral. Es una especie de camino adaptado a las circunstancias de cada persona para ayudarla a mejorar su empleabilidad. Tras conocer aspectos como sus competencias, sus potencialidades o sus expectativas se diseña un plan individual». Esta primera acción, que atendió a lo largo del curso pasado a 383 personas, está financiada por el POISES con 238.733,20 euros para este año 2022.
La segunda pata del proyecto son las acciones formativas, que están diseñadas a partir de una herramienta informática que, gracias a un intenso trabajo de campo, recoge los requerimientos formativos que exigen las empresas de la zona para contratar a nuevo personal, «así como los datos demográficos más básicos de las personas que atendemos». En la actualidad, «contamos con ocho acciones. Ofertamos cursos de operario de limpieza, atención sociosanitaria o camarero», concluye Trujillo. Además de Yanet, otras 90 personas ocuparon las plazas disponibles en este línea del proyecto MILA, que en el 2022 va a recibir 243.512,25 euros del Fondo Social Europeo.
Control exhaustivo
Más allá del contexto tinerfeño, Cáritas va a acompañar este año a 12.000 personas en toda España para mejorar su acceso al empleo, en buena medidas gracias al POISES, que aporta 15,5 millones de euros. Con este dinero, sobre el que existe un exhaustivo control –que incluye dos auditorias y la obligatoriedad de justificar cada céntimo–, la entidad va a apoyar 50 proyectos de itinerarios de inserción sociolaboral a lo largo y ancho del país, más de 250 cursos de formación sociolaboral y a 26 empresas de inserción.
«Recibir tal cantidad de dinero en este momento es un apoyo muy importante para la confederación. Estos fondos nos permiten profesionalizar, mejorar y dar una mayor calidad de atención a las personas que acompañamos en su acceso al mundo laboral», subraya Mar de Santiago, portavoz del Equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española. Acto seguido, describe con profusión una retahíla de procedimientos y herramientas, «como Power Bi, que es un programa de explotación de datos con el que podemos hacer un seguimiento de todos los indicadores de resultados del servicio que ofrecemos». Unos indicadores, concluye Mar, que en realidad «nos hablan del número de personas que mejoran su empleabilidad, que consiguen un trabajo y que, en definitiva, están mejorando su vida».