Ya está en marcha el Jubileo 2025: «La Puerta Santa se abre para ti»
«La esperanza es incompatible con la vida tranquila del que no alza la voz contra las injusticias que se comenten contra la piel de los más pobres», ha afirmado Francisco en la homilía de la Misa del Gallo
Esta noche, en la solemnidad de la Natividad, la tradicional Misa del Gallo ha estado precedida por la ceremonia de apertura de la Puerta Santa en la basílica de San Pedro, un gesto muy esperado que da inicio al llamado Jubileo de la Esperanza. Nueve años después del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, se ha vuelto a escuchar la fórmula: Haec porta Domini (esta es la puerta del Señor), a la que los asistentes han respondido: Iusti intrabunt in eam (por ella entran los justos).
«Cruzamos el umbral de este templo santo y entramos en el tiempo de la misericordia y el perdón para que se rebele a todo hombre y mujer el camino de la esperanza, que no defrauda». Estas han sido las palabras del Santo Padre desde el atrio de la basílica, desde donde ha comenzado el rito de apertura de esta puerta, que da comienzo a este tiempo de esperanza para toda la Iglesia.
Después de leer el Evangelio de san Juan, Francisco se ha acercado en silla de ruedas hasta la Puerta Santa, en cuyos 16 paneles cuentan la historia de la humanidad. Tras golpearla tres veces, se ha abierto y el Pontífice ha guardado unos momentos de silencio antes de cruzar. Detrás de él, y mientras el himno oficial de este jubileo inundaba el templo, le ha seguido un grupo de personas y familias de distintas culturas, enviando así «un mensaje de paz y renovación para toda la humanidad».
«La esperanza no defrauda»
En la homilía, el Papa Francisco ha explicado que este jubileo que comienza debe llevarnos a «sembrar la esperanza en la desolación de nuestro mundo, que gime y grita de dolor». Llevarla allá «donde la vida está herida, donde los sueños están rotos, en la soledad amarga de quien se siente derrotado, en los lugares profanados por la guerra, en las habitaciones frías de los pobres. Que a todos les sea dada la esperanza del amor y el perdón». De esta manera, y con la mirada fija en la figura del pequeño Dios recostado, el Santo Padre ha recordado que «Dios lo perdona todo y perdona siempre» y por lo tanto «la esperanza no está muerta, sino viva y se abre de par en par al mundo».
Francisco ha instado a todos los cristianos a «no dejarnos llevar por la rutina y la pereza» y, haciendo alusión a san Agustín, ha pedido «que nos indignemos por las injusticias y que tengamos la valentía de cambiarlas hacia un mundo nuevo donde reine la paz». «La esperanza es incompatible con la vida tranquila del que no alza la voz contra las injusticias que se comenten contra la piel de los más pobres», ha continuado el Pontífice. «Al contrario, la esperanza cristiana exige de nosotros la audacia a través de nuestra responsabilidad y compasión».
Con el testimonio de los pastores como ejemplo, Francisco ha explicado que «corremos el peligro de acostumbrarnos a las comodidades» y que el nacimiento de Jesús «nos compromete a la transformación del mundo para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar, para nuestra madre tierra desfigurada por la lógica del beneficio, para los países más pobres, abrumados por deudas injustas, para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes».
Con el nacimiento de Dios «florece la alegría y la vida cambia» y por eso, tal y como ha asegurado el Papa, «esta Puerta Santa se abre para ti, porque la esperanza no defrauda».
Una alegría compartida entre los cristianos
«La Puerta Santa que se abre en la noche de Navidad es una invitación a cumplir un pasaje, una pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo», así ha definido Francisco este gesto simbólico que quiere hacer llegar a todas las culturas del mundo.
En este sentido, el Jubileo 2025, que comienza esta Nochebuena, coincide también con el 1700 aniversario de la celebración del primer Concilio Ecuménico —el Concilio de Nicea —, lo que significa que también ofrece la oportunidad de incluir en las celebraciones a hermanos de otras Iglesias y comunidades cristianas. Por eso, y según ha transmitido en una nota del Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, el rito de apertura de la Puerta Santa de esta noche subraya la enseñanza del Concilio de Nicea de que la Natividad del Señor es la venida de la luz e invita a los creyentes a atravesar la Puerta Santa con fe.
En un gesto de hospitalidad, el Papa Francisco ha invitado a algunos de los representantes de otras Iglesias y comunidades cristianas a atravesar el umbral de la puerta con él. Esto, aclaran desde el Dicasterio, «no debe interpretarse como un intento de asociarles a elementos del Jubileo, como la indulgencia jubilar, que no están en consonancia con las prácticas de sus respectivas comunidades», sino más bien como una invitación a compartir la alegría de la Iglesia católica en la apertura del Jubileo.