¿Cómo obtener la indulgencia plenaria en el Jubileo de 2025? - Alfa y Omega

¿Cómo obtener la indulgencia plenaria en el Jubileo de 2025?

Peregrinar a los lugares sagrados o visitar a los necesitados son algunas de las formas en las que se podrá obtener esta gracia

Ester Medina
El Papa Francisco abre la Puerta Santa, en la basílica de San Pedro del Vaticano, al comienzo del Año de la Misericordia de 2015
El Papa Francisco abre la Puerta Santa, en la basílica de San Pedro del Vaticano, al comienzo del Año de la Misericordia de 2015. Foto: CNS.

El pasado jueves se leía en el Vaticano la bula papal con la que Francisco autoriza la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro el próximo 24 de diciembre, dando así inicio al Jubileo de 2025. En este contexto, este lunes se ha hecho público el texto oficial con las disposiciones por las que se podrá obtener, en este próximo año santo, la indulgencia como «una gracia jubilar».

Con estas prescripciones, se pretende «motivar los ánimos de los fieles para desear y alimentar el pío deseo de obtener la Indulgencia como don de gracia, propio y peculiar de cada año santo», señala el texto. «Todos los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo todo afecto al pecado y movidos por espíritu de caridad y que, en el curso del año santo, purificados a través del sacramento de la Penitencia y alimentados por la Santa Comunión, oren por las intenciones del Sumo Pontífice, podrán conseguir del tesoro de la Iglesia, plenísima indulgencia» cuando realicen alguna de las acciones contempladas en las normas, continúa el escrito.

Se beneficiarán de esta gracia jubilar los fieles que peregrinen hacia cualquier lugar sagrado, como las basílicas papales mayores en Roma o los sitios venerados en Tierra Santa, ya sean visitas individuales o en grupo, y siempre dedicando un tiempo a la adoración eucarística y a la meditación. También incluye a los fieles que acudan a «los santuarios nacionales o internacionales, “lugares santos de acogida y espacios privilegiados para generar esperanza”, indicados por las conferencias episcopales».

Para aquellos que no puedan participar en peregrinaciones físicas debido a circunstancias graves, como los enfermos, las monjas y monjes de clausura, los encarcelados o los ancianos, se los anima a unirse espiritualmente a través de la oración, obteniendo de igual manera la indulgencia siempre que, «unidos en espíritu a los fieles en presencia, particularmente en los momentos en los cuales las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos sean trasmitidas a través de los medios de comunicación, reciten en la propia casa o ahí donde el impedimento les permita el padrenuestro, la profesión de fe en cualquier forma legítima y otras oraciones conforme a las finalidades del año santo, ofreciendo sus sufrimientos o dificultades de la propia vida», se explica en el texto.

En este Jubileo de 2025, vinculado a obras de misericordia y penitencia, los fieles podrán también obtener la indulgencia al participar «en ejercicios espirituales u otros encuentros de formación sobre los textos del Concilio Vaticano II y del catecismo de la Iglesia Católica, que se realicen en una iglesia u otro lugar adecuado, según la intención del Santo Padre».

Del mismo modo, la indulgencia plenaria jubilar también se podrá conseguir realizando obras de caridad y misericordia hacia «los hermanos en necesidad», como los enfermos, los encarcelados, los ancianos en soledad o las personas con capacidades diferentes. «Precisamente en el año jubilar estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria».

Además, la Penitenciaría invita a todos los sacerdotes «a ofrecer con generosa disponibilidad y dedicación de sí, la más amplia posibilidad a los fieles de aprovechar los medios de la salvación», encontrándose en los confesionarios y haciendo públicos los horarios para este sacramento.

El texto finaliza recalcando la importancia de llevar a cabo «una catequesis adecuada a las características socioculturales de cada pueblo», en la que proponer eficazmente el Evangelio y la totalidad del mensaje cristiano, «radicando más profundamente en los corazones el deseo de este don único, obtenido en virtud de la mediación de la Iglesia».