Volvamos a la Biblia - Alfa y Omega

Decía san Jerónimo que el desconocimiento de las Escrituras es el desconocimiento de Cristo. Hace poco celebramos el Domingo de la Palabra de Dios en la Iglesia, fiesta instituida por el Papa Francisco con la intención de acercar aún más la Palabra de Dios al pueblo santo de Dios. «Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros».

La constitución Dei Verbum, del Concilio Vaticano II, pone al mismo nivel la Eucaristía y la Palabra de Dios. Esto nos da las claves para comprender que no estamos ante un libro cualquiera sino ante una persona.

Es urgente que la Iglesia se preocupe y se ocupe en cómo acercar de una manera viva y existencial la Palabra de Dios a los cristianos. No solo desde un punto de vista intelectual o académico, sino, sobre todo, espiritual y existencial. Porque es Dios, es Cristo quien nos habla a través de las Sagradas Escrituras.

En la Iglesia durante la mitad del siglo XIX surgió el llamado método histórico-crítico que aportó grandes conocimientos sobre la génesis de muchos textos bíblicos. Ponía su acento en el origen del texto, en la imparcialidad, esta entendida como un investigar dejando a un lado la fe.

Pero también a mitad del siglo XX surgieron otros métodos que hoy están cobrando fuerza, como son el método semiótico y el método narrativo. Si en el método histórico-crítico se ponía el interés en cómo surgen los textos bíblicos, en el método semiótico se pondrá toda la atención en el sentido del mensaje bíblico como tal. No le interesa tanto el contexto vital. Y por último, el método narrativo, cuyo mayor exponente es Robert Alter. Pone su acento en la comunicación como tal, el poder de una historia para hablar a otra historia.

Sea de una manera u de otra, debemos de volver a la Biblia. En un momento de la historia, la Iglesia católica puso todo su acervo en la parte sacramental, que no bíblica. De hecho, la Biblia no estuvo al alcance de los fieles durante siglos. Pero en nuestro tiempo somos invitados a profundizar con ella, a hablar con Jesús que nos habla a través de su Palabra. Queramos entonces hablar con aquel que nos habla de amor y es el Amor.

Guillermo María
Presbítero itinerante