Voluntariado: «La parte digital ha ganado peso»
Un lustro después de la pandemia, varios estudios apuntan los principales cambios en el sector. «La situación sanitaria nos obligó a buscar nuevas metodologías», dice una voluntaria de Zaragoza
No es casual que el Día Internacional del Voluntariado se celebre anualmente el 5 de diciembre, a las puertas de la Navidad. Se trata de uno de los periodos que más impacto tienen sobre esta realidad. El de este año llega, además, después de la DANA, que no solo sembró de muerte el sureste español, sino que espoleó la caridad de miles de ciudadanos. Según la Plataforma del Voluntariado de la Comunidad Valenciana, más de 20.000 personas se ofrecieron a colaborar tras la tromba.
Los efectos de la riada sobre el voluntariado no hacen sino confirmar la tendencia al alza en el sector que se ha venido experimentando desde la pandemia de la COVID-19. En 2019 en España había 2,7 millones de personas dedicadas a esta labor. En la actualidad, según los datos presentados el pasado día 5 en el informe anual del Observatorio del Voluntariado, en nuestro país hay 4,2 millones de personas voluntarias, un 10,1 % de la población. Es decir, el número de ciudadanos involucrados en este sector ha crecido en 1,5 millones en el último lustro.
Durante todo este tiempo, una de las personas que ha participado en este ámbito es Paula Villán, zaragozana de 25 años que se desempeña en el mundo de la educación. La joven compatibiliza su trabajo con ser voluntaria con niños pequeños dentro de un centro juvenil de los salesianos, una ocupación a la que se dedica por motivación religiosa casi todos sus viernes y sábados. «Es verdad que empecé con niños pequeños, pero los he ido acompañando todos estos años y ahora ya han crecido», puntualiza Villán.
En base a esta evolución, Paula también ha ido adaptando el tipo de actividades que hace con los chicos. Pero, en líneas generales, «se trata de acompañarlos en su tiempo libre». Y añade: «Hacemos juegos, talleres, yincanas o excursiones». El objetivo es compartir un camino de maduración, tanto a nivel personal como en la vida de fe, que además ayude a los beneficiarios a ocupar su tiempo libre con un ocio saludable frente a otras propuestas menos alineadas con la dignidad de la persona. Cabe señalar que, en España, más de la mitad de los jóvenes declara haber bebido alcohol en el último mes, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad en el informe Monografía sobre el alcohol 2024. A las autoridades les preocupan, principalmente, los patrones que indican mayor riesgo, como los episodios de consumo intensivo asociados a la práctica del botellón. Frente a esta práctica, la voluntaria y sus chicos se baten al futbolín.
Nuevas metodologías
El trabajo de Villán se cortó de raíz con el confinamiento. «Hubo que suspenderlo todo, hasta que se relajaron las medidas», rememora. A la vuelta, «la situación sanitaria nos obligó a buscar nuevas metodologías». De hecho, «cuando retomamos la actividad lo tuvimos que hacer online». Desde entonces «la parte digital ha ganado mucho peso». En opinión de esta voluntaria, «ayuda a los jóvenes a entrar mejor en las dinámicas».
A pesar de ello, «es necesario seguir innovando y reflexionar sobre cómo podemos acercarnos a los jóvenes en este plano digital», reconoce María Méndez, coordinadora del Estudio de participación de las personas voluntarias en las entidades ante la nueva realidad post pandémica, elaborado por la Confederación Don Bosco. El documento, que se presentó en noviembre durante el 20 Congreso Estatal de Centros Juveniles de los salesianos y salesianas, reconoce que tras la COVID-19 han «emergido distintas formas de participación voluntaria», tales como «el voluntariado digital, el microvoluntariado, el voluntariado a distancia o el voluntariado desconectado de las dinámicas comunitarias».
Práctica generalizada
Pero los salesianos no están solos. Otras entidades como la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) o la Juventud Obrera Cristiana (JOC) también están impulsando cambios en este sentido. La SSVP acaba de lanzar su primera campaña digital, que se centra en combatir la soledad no deseada. Por su parte, la JOC ha concluido su 50 Consejo General, donde los participantes reconocieron que las redes sociales condicionan mucho a los jóvenes. Por ello, rediseñarán «el modelo de las campañas de acción para adaptarlas a una realidad juvenil cada vez más inmediata y cambiante».
Junto con el aumento de las cifras y la apertura a lo digital, el voluntariado contemporáneo también se caracteriza «por una acción menos comprometida, menos intensa y de mayor flexibilidad», se lee en el estudio de la Confederación Don Bosco, que aglutina a nueve federaciones, 127 centros juveniles, 4.000 voluntarios y 55.700 beneficiarios. «Creo que es bueno tener en cuenta que ahora los jóvenes han cambiado mucho. Tienen necesidades y prioridades diversas, y este menor compromiso o mayor flexibilidad no es algo negativo en sí mismo, sino el reflejo de un estilo de vida diferente al que hay que saber adaptarse», matiza Méndez.
Finalmente, la coordinadora del estudio señala una última tendencia en el sector: «Ahora hay una mayor demanda de las competencias que se desarrollan en el voluntariado». Los jóvenes las utilizan, concluye Méndez, «para su propio desarrollo laboral y académico».