Volando voy. Con la España vaciada y sus gentes - Alfa y Omega

Volando voy. Con la España vaciada y sus gentes

Isidro Catela
Jesús Calleja es el conductor de Volando voy, que recorre la España vaciada. Foto: ABC.

Es inevitable entonar la cancioncilla. Volando viene Calleja con la séptima temporada de un programa para el prime time de los miércoles en Cuatro, que se ha convertido en santo y seña de la cadena de Mediaset. A vista de pájaro, que rezaba algún mítico programa de TVE, Jesús Calleja aterriza en los lugares más recónditos de la llamada España vaciada para convertirse en un vecino más y compartir con ellos penas y glorias. Raro será que no hayan visto nada del formato de éxito, pero Volando voy da exactamente lo que promete. Ni más ni menos. Un programa de autor, que Calleja se carga a la mochila, en estilo dispar del que otrora realizara Labordeta, y distante también de otros formatos más recientes, tipo El paisano, con un monologuista al estilo de Leo Harlem al frente. Aquí, como no podía ser de otra manera, al paisanaje se le une una dosis de aventura, que Jesús Calleja lleva en el ADN. Es otra forma de vertebrar España mientras disfrutamos de sus gentes y lugares y nos distanciamos durante un rato del suelo de nuestras preocupaciones. Sus gentes son, precisamente, los principales protagonistas. Las más sencillas, las más auténticas: ese herrero que nos deslumbra con la forja; ese panadero que madruga y amasa el pan con paciencia; esos vecinos del valle del Pas, capaces de crear un coworking en plena pandemia; esa nieta que se emociona porque ve, desde el helicóptero, a su abuelo. Calleja vale lo mismo para el roto de un famoso que para el descosido de un rostro anónimo. Él tiene, como muchos sabrán, su propio Planeta, pero este programa de viajes es un universo aparte. Hay más verdad, menos escaparate, más pura y dura televisión, y se agradece. Todos los miércoles, en Cuatro, a las 22:45 horas. Ya saben: «Volando voy, volando vengo, por el camino…».