Vietnam puede autorizar en breve una representación permanente de la Santa Sede
Hasta ahora cumple esta función el nuncio en Singapur, que tiene que pedir permiso al Gobierno cada vez que quiere visitar el país
Después de años de negociaciones, parece cercano el momento en el que el Gobierno de Vietnam permita la presencia permanente de un representante del Vaticano dentro del país. Según informa Reuters, se espera que este importante paso diplomático del país comunista se anuncie durante la visita a la Santa Sede del presidente, Vo Van Thuong, a finales de julio. La agencia de noticias cita a fuentes cercanas al asunto, tanto vaticanas como de Hanoi.
Las relaciones diplomáticas entre Hanoi y el Vaticano se rompieron en 1975, cuando en el país se instauró el régimen comunista al final de la guerra de Vietnam. Los dirigentes impusieron restricciones a la Iglesia católica y encarcelaron a varios líderes católicos que se oponían al nuevo Gobierno. En la actualidad, cerca del 7 % de los 97 millones de habitantes del país son católicos de rito latino.
Hasta ahora, el representante del Vaticano en el país es Marek Zalewski, nuncio en Singapur. Cada vez que quiere visitar el país, necesita obtener primero la aprobación del Gobierno.
La Santa Sede lleva más de una década proponiendo tener un representante permanente. Después de varios años durante los cuales un grupo de trabajo ha viajado con frecuencia entre ambos Estados, el año pasado estos alcanzaron un acuerdo de principios sobre la cuestión.
Normalizar la vida de la Iglesia
Nguyen Thai Hop, obispo de la recién creada diócesis de Ha Tinh, declaró a Radio Free Asia que la presencia de un diplomático vaticano residente permitiría normalizar las actividades de la Iglesia en el país. «La labor sobre cuestiones religiosas y diplomáticas será más fácil», afirmó. Citaba, por ejemplo, «las visitas a las diócesis y las actividades religiosas».
«En principio, tener un representante permanente puede suscitar algunos cambios e impactar en la relación entre ambas partes», apuntó Dinh Huu Thoai, miembro de los Misioneros Redentoristas. Un feligrés de Ho Chi Minh compartió su esperanza de que, por ejemplo, se relajen las restricciones sobre la celebración de las fiestas cristianas como Navidad y Pascua y también haya más libertad para abordar cuestiones sociales. «Por ejemplo, cuando hubo Misas por la justicia y la paz o por los prisioneros de conciencia el Gobierno encontraba formas de obstruirlas».
Sin embargo, entre los católicos persiste la incertidumbre sobre si realmente será así. Según Thoai, aunque la Constitución vietnamita asegura a todos los individuos la libertad de creencia, el estado de la libertad religiosa no ha mejorado. «Siempre hay dificultades. Recientemente ha habido muchos casos en los que [las autoridades] insultaban la Misa, incluso mientras el arzobispo de Hanoi la presidía».
La Ley de Religión y Creencias de 2016 otorga al Gobierno un control significativo sobre las prácticas religiosas y contiene formulaciones vagas que permiten restringir este derecho fundamental en nombre de la seguridad nacional y la unidad social.