Vieron a Jesús caminando sobre el lago - Alfa y Omega

Vieron a Jesús caminando sobre el lago

Sábado de la 2ª semana de Pascua / Juan 6, 16‐21

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: Freepik.

Evangelio: Juan 6, 16‐21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.

Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron. Pero él les dijo:

«Soy yo, no temáis».

Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.

Comentario

«Soy yo, no temáis». El mandato de no temer ni siquiera la muerte parece inhumano. Los discípulos afrontaban el peligro de perder sus vidas. Y Jesús pretendía que la relación con él fuera suficiente incluso para no temer. Pero el miedo a la muerte es constitutivo de la naturaleza humana. Por eso parece que cuando Jesús nos dice que no temamos nos esté pidiendo que seamos más que hombres, que viviésemos como si no fuéramos a morir, cómo si la muerte si pudiera no dañarnos. Y dentro de este miedo a la muerte deberíamos comprender todos los miedos de la vida humana: el miedo a la soledad, el miedo al dolor, el miedo a la enfermedad, el miedo al desempleo, etc. ¿Cómo puede prohibirnos Dios que tengamos miedo?

Porque él ha vencido la muerte. si Cristo vencido a la muerte, entonces nosotros no tenemos por qué temer. Porque nada puede separarnos del amor de Cristo. Sin embargo, nuestros temores psicológicos no desaparecen de forma mágica con nuestra fe en la resurrección. Antes bien entran en diálogo con esa fe: de lo que se trata es de que esa fe purifique y abra nuestros temores a la esperanza. De ese modo la fe en la resurrección siempre parte de la fe en la Cruz: nuestros temores son sufridos por Cristo en la Cruz coma y uniéndonos a ella podemos temer con Cristo en la Cruz de manera esperanzada, sin temor al miedo, con esperanza en la resurrección.