Verano negro en Haití: «Se necesita ayuda a largo plazo»
Tras el asesinato de su presidente en julio, un terremoto a mediados de agosto y el paso de la tormenta Grace, el país vive una profunda crisis. Cáritas Española ha sido la primera institución en ayudar
Paul-Fils Belotte, SJ, director de Fe y Alegría Haití, no se dio cuenta de lo que estaba pasando hasta que vio salir a una mujer corriendo de una casa cercana:
—¿Qué pasa?
—Padre, la casa está temblando.
Efectivamente. Todos los coches de alrededor se balanceaban. «Entonces, me di cuenta de que se trataba de un terremoto. Y me sentí completamente abatido», explica el religioso a Alfa y Omega.
11,3 millones de habitantes
Puesto 170 de 189
Belotte no pudo evitar acordarse de aquel otro terremoto, sucedido en 2010, que dejó casi 300.000 muertos y más 300.000 heridos. Aunque, «durante aquel otro temblor yo no estaba en el país, sino en Santo Domingo», que ocupa la otra mitad de la isla caribeña en la que se encuentra Haití. En esta ocasión, el terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter y sucedido el 14 de agosto en la zona sur del país, ha dejado ya más de 2.200 muertos y cerca de 12.000 heridos. Ante esta situación, que el jesuita describe como «trágica» a tenor de los «numerosos muertos» y la «mucha gente que todavía hay durmiendo al raso», se necesitan «tiendas de campaña, medicamentos, comida y agua». Hay que recordar que el país es uno de los más pobres de América y que «los hospitales están totalmente colapsados».
Una de las primeras organizaciones que se ha movilizado para ayudar ha sido Cáritas Española. «Podemos decir que somos los primeros que hemos llegado porque, realmente, ya estábamos allí», señala a este semanario Juan Manuel Díaz Parrondo, representante de la institución para Haití. Desde hace diez años, Cáritas Los Cayos desarrolla proyectos de cooperación en la zona, todos ellos financiados con dinero de Cáritas Española. «Se trata de proyectos agrícolas, para el abastecimiento del agua, de ganadería…». De esta forma, cuando la tierra tembló, «nosotros ya habíamos hecho una transferencia a Cáritas Los Cayos para todas estas actividades, y lo que hicimos fue permitirles utilizar ese dinero para la atención inmediata a los afectados». Con motivo del terremoto, Cáritas Española ha lanzado además una campaña de solidaridad con Haití para recoger donativos y también se ha centrado en cuantificar el alcance de los daños y en evaluar las necesidades más urgentes a corto y medio plazo.
El problema de las bandas
La ayuda que viene del extranjero, sin embargo, se enfrenta a un grave problema para poder llegar a su destino: las bandas criminales que han tomado el país desde que los cascos azules de la OTAN salieran en 2017. «Hay una sola carretera que conecta Puerto Príncipe», la capital, «con la zona afectada por el terremoto, y justo pasa por el territorio que se disputan los criminales». El Gobierno, según Díaz Parrondo, ha llegado a un acuerdo con las bandas para que dejen pasar la ayuda humanitaria, pero aun así se han visto ataques a los camiones de las ONG. «No todos son achacables a los criminales. Haití ya sufría una crisis alimentaria antes del terremoto y muchos ciudadanos han visto pasar por delante de sus casas cantidad de productos de los que carecen». «Hay gente que se ha tirado a por los camiones, ha conseguido pararlos y se ha llevado todo lo que contenían en su interior», concluye el representante.
Necesidad de un Gobierno líder
A los terremotos y la violencia hay que sumar el reciente asesinato del presidente del país, Jovenel Moïses, tiroteado en su residencia a principios de julio. Ante este panorama, «Haití necesita mucha ayuda y durante mucho tiempo», asegura el ex embajador de España en Haití, Pedro Sanz –cesado pocos días después del terremoto–, en conversación con Alfa y Omega.
Esta debe pasar, según Sanz, por «reconstruir las cerca de 70.000 construcciones afectadas por el seísmo», con la mirada puesta «a largo plazo», y que sea el propio Gobierno el que la lidere. «Hasta ahora han sido las ONG las que han sustituido al Ejecutivo en la asistencia a la población y en la reconstrucción, y esto es un problema que hay que corregir», advierte el ex embajador, al tiempo que destaca el «excelente trabajo que ha desarrollado Cáritas».