Vanitas - Alfa y Omega

Vanitas

Cristina Tarrero
Detalle de ‘El sueño del caballero’ de Antonio Pereda
Detalle de El sueño del caballero de Antonio Pereda. Foto: Catedral de la Almudena.

Estos meses de cuarentena y reclusión han creado en parte de la población un miedo al que no estábamos acostumbrados. Volver a salir aterra, pues se teme encontrar la muerte al cruzar la esquina, y esa sensación puede paralizar. Todos, de alguna u otra forma, hemos dedicado un tiempo, unas horas de estos meses a reflexionar sobre la vida y la muerte, los conocidos novísimos, algo poco habitual en el siglo XXI.

Durante la Edad Moderna, en cambio, esa idea estaba siempre presente. Las mujeres eran conscientes de que podrían morir en el parto y que con suerte sobreviviría alguno de sus hijos, los hombres estaban permanentemente expuestos en la batalla y las epidemias y las enfermedades quedaban a la orden del día; la población no tenía esa sensación de seguridad propia del mundo actual. El arte, no estaba al margen de ello, y algunos de los lienzos que decoraban palacios e iglesias tenían tras de sí un mensaje muy profundo que no se reconocía con una rápida visión. En el siglo XVII se desarrolló un género artístico vinculado a un pasaje del Eclesiastés (1, 2) «vanidad de vanidades, todo es vanidad», que profundizaba en el sentimiento de la fugacidad de la vida y de vivir unido a los placeres mundanos. Este género, considerado por muchos como subgénero vinculado al bodegón, estuvo representado entre otros por Antonio Pereda o Valdés Leal.

Foto: Catedral de la Almudena

En Madrid podemos contemplar algunas de estas obras cuando los museos vuelvan abrir. Será el momento idóneo para visitar las exposiciones sin aglomeraciones. En el Prado tenemos varios ejemplos de Vanitas, y en la Real Academia de San Fernando una de las más significativas: El sueño del caballero de Antonio Pereda. En el lienzo un caballero sentado duerme y, detrás de él, un ángel en sueños le recuerda los placeres mundanos. Nos invita a una reflexión: ¿cuáles son nuestros intereses? En la catedral de la Almudena, en la antesacristía, visitable desde el museo, se expone un lienzo de Pereda El niño de las calaveras. La obra es considerada una vanitas, de la que Pereda era un maestro indiscutible, posee todos los elementos típicos (calavera, monedas, objetos de lujo…). Pero quizá tras esa vanitas se encuentra otro significado, la Pasión de Cristo: la esponja, las monedas, la jarra con la que Pilatos se lavó… Estos lienzos son, sin duda, un aliciente más para visitar de nuevo nuestros museos.