El Vaticano pone la vacuna de la COVID-19 a 25 personas sin hogar
Son personas de 60 años o más, fundamentalmente italianos, con graves problemas físicos acogidos por la Santa Sede y por las Misioneras de la Caridad
Mario llega en silla de ruedas. Le falta una pierna. Vive en la calle tras perder, el año pasado, su pensión de incapacidad. Es uno de los huéspedes del Palazzo Migliori, un espacio abierto por la Santa Sede para dar cobijo a los más pobres, y una de las 25 personas sin hogar que ha recibido la vacuna de la COVID-19, gracias a la iniciativa del Papa Francisco.
«Ha ido muy bien», ha reconocido a Vatican News al salir del Aula Pablo VI, donde se está llevando a cabo la campaña de vacunación, que comenzó la semana pasada. Y ha añadido: «Agradecemos al Papa el regalo que nos ha hecho».
Todas las personas que han recibido esta primera dosis de la vacuna forman parte del citado recurso de la Santa Sede, el Palazzo Migliori, y de dos casas confiadas a las Misioneras de la Caridad de la madre Teresa cerca del Vaticano. El perfil es muy heterogéneo: personas, hombres y mujeres, de 60 años o más, fundamentalmente italianos, pero también de Georgia y Rumanía, a menudo con graves problemas físicos y dificultades de relación.
«Es la realización de lo que dijo el Papa Francisco: «nadie se salva solo y todos estamos en la misma barca»», explica a Vatican News Carlo Santoro, de la Comunidad de Sant’Egidio, que durante décadas ha sido uno de los muchos trabajadores que se ocupan de los sin techo en la zona de San Pedro y de los huéspedes del Palazzo Migliori.
Según ha anunciado Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, «otros grupos de personas seguirán vacunándose en los próximos días».