UpToYou: «Dios es el primer interesado en nuestro crecimiento personal» - Alfa y Omega

UpToYou: «Dios es el primer interesado en nuestro crecimiento personal»

El escolapio José Víctor Orón difunde en colegios y universidades de toda España «una manera natural y humana de relacionarnos con Dios y con los demás»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Uno de los cursos de UpToYou en España. Foto: UpToYou.

«Muchos cristianos meten muy pronto a Dios en su vida para no tener que pensar ellos mismos, y eso lo estropea todo, hasta su relación con Él», afirma el escolapio José Víctor Orón, director de la fundación UpToYou y asesor educativo de la Universidad Francisco de Vitoria, que en enero va a iniciar diversos cursos de crecimiento personal en Madrid, Valencia y Pamplona.

Tras siete años de experiencia con UpToYou en diversos países de todo el mundo, Orón deshace el prejuicio de que el crecimiento personal está contrapuesto a la experiencia de Dios: «Es al contrario. La fe es una relación con personas, no una serie de ideas o de opciones éticas. El mismo san Agustín descubre en su interior esta relación íntima con Dios, porque la intimidad es una propuesta de base coherente y natural para el desarrollo de toda la persona, también en el ámbito religioso». Por ello el crecimiento personal «no tiene nada que ver con un tipo de autoayuda subjetivista. Dios es el primer interesado en nuestro crecimiento para poder madurar como personas».

Esto tiene su sentido cuando se trata de abordar el núcleo de la actividad de UpToYou: formar educadores —profesores y padres de familia— con el punto de partida de que «solo alguien que haya vivido procesos personales puede promover procesos personales en el hijo o en el alumno».

Ello significa una forma «alternativa» de concebir la educación, «retomando todo lo que los educadores ya han vivido. Se trata de hacerte cargo de tu propia vida, partir del conocimiento de ti mismo a través de las emociones vividas, para saber cómo y por qué he vivido lo que he vivido».

Más allá de practicar unas técnicas o recibir clases teóricas, el objetivo es «que la persona florezca con todo su potencial y con todo lo que es. No se trata únicamente de adquirir capacitaciones o saberes, sino descubrir en uno mismo y en el educando todo un bagaje de creatividad y de dones, como personas que llegamos a este mundo generando novedad».

Orón ha llevado a cabo esta formación en colegios, universidades, casas de religiosos o conventos de clausura, y hasta en comisarías de Policía y en empresas, «porque las dinámicas que se desarrollan en todos estos ámbitos son relacionales, y son las mismas en tu relación con Dios y en tu relación con los demás: dos personas que entran en contacto y se relacionan».

Todo esto, al llevarlo a la experiencia de fe, «nos da mucha naturalidad, porque hay una base humana que no es artificiosa», algo que enriquece mucho «los procesos educativos en los alumnos de colegios de ideario religioso».