Uno de cada seis peregrinos a Santiago experimenta a Dios «de forma más profunda»

Casi la mitad de los peregrinos a Santiago de Compostela vuelve «con un enfoque distinto» sobre su vida, y el 17,1 % afirma haber experimentado la espiritualidad y la existencia de Dios «de una forma mucho más profunda». Estos son algunos datos del estudio Percepciones y espiritualidad en el Camino de Santiago, realizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Santiago de Compostela.

Un 27,3 % de los consultados reconoce el poder transformador de su experiencia en la ruta jacobea, indicando que «nunca volvería a ser la misma persona de antes» y apenas el 5 % dice que haber peregrinado a Santiago no ha generado ningún beneficio concreto.

El estudio ha sido elaborado gracias a casi 2.000 encuestas tanto a peregrinos del Camino como a personas que deseaban peregrinar a Santiago en los meses siguientes. El informe lo completa la información extraída de más de dos millones de mensajes en Twitter —en español, portugués e inglés—. Toda la información de estos tuits ha sido sometida a la técnica de análisis de sentimiento, que extrae el tono emocional detrás de una serie de palabras, en este caso sobre el Camino de Santiago.

Según el trabajo de la USC, la motivación más importante de los peregrinos en el momento de emprender el viaje a Compostela es la espiritual (67,9 %), seguida por el deseo de recreo y relajación (42,4 %). Siguen los motivos culturales (40,4 %), de deporte y aire libre (34,3 %) y los estrictamente religiosos (27,9 %).

A la hora de plantearse la vida a la vuelta de esta actividad, la investigación destaca que son los peregrinos con motivaciones religiosas y los espirituales los que más desean devolver de alguna manera lo experimentado. Así, muestran su interés en participar como voluntarios en sus parroquias o incluso apuntarse a alguna fraternidad del Camino para apoyar a otros peregrinos.

En el análisis de la red social Twitter, los términos más usados son «vida», «Dios», «seguir» y «gracias», mientras que los que tienen una connotación negativa se refieren fundamentalmente al esfuerzo y las dificultades que entraña la peregrinación, como «difícil», «miedo» o «problema».

Para los autores del estudio, «el discurso que rodea la espiritualidad se hace palpable prácticamente en todos los análisis». Esta dimensión espiritual agudiza sobre todo en torno a la Navidad y Semana Santa, «fechas con gran carga emocional, espiritual y religiosa para una parte extensa de la humanidad».