Una ventana centenaria abierta a Tierra Santa
Solo la Segunda Guerra Mundial logró detener la publicación de la revista Tierra Santa, que lleva 100 años transportando a los lectores a los santos lugares
La providencia ha querido que la revista Tierra Santa cumpla su centenario cuando las peregrinaciones a esa parte del mundo, testigo de la encarnación, llevan meses suspendidas por el coronavirus. Para sus responsables es como volver a los orígenes, pues la revista surgió, entre otros motivos, para alentar las peregrinaciones que se habían visto detenidas por la Primera Guerra Mundial.
Pero este no era el objetivo principal. Con el lanzamiento de la revista, los franciscanos pretendían «dar más a conocer la Tierra Santa, la tierra de Dios, la cuna del cristianismo, los lugares santos de Palestina», se leía en aquel primer número de enero de 1921.
Después de 100 años el objetivo sigue siendo el mismo, aunque su actual directora lo expresa con otras palabras: «Queremos ser una ventana abierta a Tierra Santa. Queremos que el lector, cuando la reciba, se trasporte a aquella tierra. Que las fotos, los artículos, le ayuden a recordar o soñar con su peregrinación», explica Inmaculada Rodríguez Torné, la primera mujer, y la segunda laica, en dirigir la revista. Nuestra intención final, añade, «es acercarle a Jesús de Nazaret, a los santos lugares, y así fortalecer su fe y animar su esperanza».
Precisamente esto último fue lo que le pasó a un lector durante los meses duros del confinamiento. «Nos escribió en estos términos: “Mira, os quiero dar las gracias porque cuando me llegó la revista a casa y la abrí, se llenó mi vivienda de luz”», rememora esta doctora en Filología Bíblica y profesora de Hebreo y Literatura Bíblica.
El impás de la guerra
La COVID-19 ha sido uno de los grandes sucesos ocurridos en el último siglo, pero aun así no ha logrado detener la publicación de la revista. «Finalmente pudimos documentar cómo en una Tierra Santa con cero peregrinos, los franciscanos seguían custodiando la memoria de Jesús en representación de todos los cristianos», subraya Rodríguez Torné.
Años antes, tampoco la Guerra Civil pudo silenciar la revista gracias, en buena parte, a que en aquel momento la publicación se realizaba desde fuera de España. En 1941, sin embargo, llegó la Segunda Guerra Mundial y entonces la publicación sí hubo de suspender su impresión hasta 1946. Una vez superado el conflicto, se editó un número especial de la revista y comenzó una nueva etapa en la que aparecieron los primeros anuncios publicitarios.
Otro de los momentos relevantes para la revista llegó en 2012, cuando esta dejó de dirigirse y publicarse desde Jerusalén y se mudó a España, a Madrid, y un laico, José Manuel Martínez, tomó el timón de mando. Luego ya en 2017 la propia Inmaculada Rodríguez Torné asumió la dirección y, con ella, la revista —que cuenta con una tirada de 6.000 ejemplares— creció a nivel visual y «aparecieron con más asiduidad temas como la ecología o el ecumenismo», reconoce.
El último hito es el centenario, para el que la directora no tiene otra pretensión que «seguir siendo un puente entre las piedras vivas de la tierra del Señor y los cristianos del mundo entero». Una labor crucial en este momento, ante la «complicada» situación en Tierra Santa. «Sabemos que Israel va por delante en la vacunación a nivel mundial. Otra cosa es la situación de Palestina, donde el 70 % de los cristianos trabajan en el sector turístico». «No digamos de países como Siria y Líbano donde, a los años de guerra se suma ahora esto», concluye Rodríguez Torné.