Una turba de extremistas profana la Biblia y tortura a cristianos en Pakistán
«Las palabras me fallan. Una iglesia se está quemando mientras escribo este mensaje», dice el obispo de Raiwind
«Las palabras me fallan mientras escribo esto. Nosotros, obispos, sacerdotes y laicos, estamos profundamente dolidos y angustiados por el incidente de Jaranwala en el distrito de Faisalabad en Pakistán». Son las palabras de Azad Marshall, obispo de la diócesis de Raiwind, donde «una iglesia se está quemando mientras escribo este mensaje».
El templo ha sido incendiado por una turba de extremistas musulmanes en represalia por una supuesta blasfemia. Acusan «falsamente» a una familia cristiana de violar el Corán. Sin pruebas. Y no ha sido el único ataque. Además «se han profanado biblias y se ha torturado y hostigado a cristianos», confirma Marshall.
Ante este nuevo episodio de persecución religiosa, la Iglesia de Pakistán «clama justicia» y ha instado a las «fuerzas del orden» y a quienes deben velar por la justicia y la seguridad de todos los ciudadanos a que «intervengan de inmediato». Asimismo, han reclamado que se reconozca que «nuestras vidas son valiosas en nuestra propia patria», que precisamente acaba de celebrar la independencia y la libertad, puntualiza el obispo de Raiwind.
Pero el de Jaranwala no se trata de un hecho aislado. La ley antiblasfemia es utilizada a discreción contra los cristianos en todo el país. En la ciudad de Sargodha, una ciudad del Punjab paquistaní, se produjeron recientemente tres casos diferentes de acusación de blasfemia en menos de un mes, lo que desató varios episodios de violencia.