Una tercera parte de los beneficiados por el bono social eléctrico no son familias vulnerables
Este jueves, Oxfam Intermón y EsadeEcPol han publicado un informe donde denuncian que uno de cada diez potenciales usuarios no recibe la ayuda. «Las familias con buenos salarios están más informadas de las ayudas disponibles», señala un portavoz de Oxfam
El bono social eléctrico, la ayuda social enfocada a hogares con dificultades de cubrir sus necesidades energéticas y que ofrece un descuento en la factura de la luz, no está llegando a todas las familias que lo necesitan. Esto es lo que declaran las asociaciones EsadeEcPol y Oxfam Intermón en el informe que han hecho público este jueves.
En el estudio, afirman que al menos una tercera parte de los que se benefician de esta ayuda no son familias vulnerables y que ocho de cada diez potenciales usuarios que podrían recibirla no la reciben. Alejandro García-Gil, responsable de políticas de protección social y empleo de Oxfam Intermón señala en conversación con Alfa y Omega la falta de información como causa principal: «Las familias con buenos salarios están más informadas de las ayudas disponibles, y las familias numerosas de rentas bajas con situaciones económicas complicadas no conocen las ayudas a su disposición».
Para acceder a este bono, hay que cumplir alguno de los siguientes requisitos: tener un nivel de renta por debajo del umbral establecido (poco más de 8.000 euros anuales), ser familia numerosa o ser un hogar formado por pensionistas que cobran la cuantía mínima. En este sentido, una de las conclusiones del informe es que tener algún miembro de la familia que haya nacido en el extranjero reduce en un 12 % la probabilidad de obtener la ayuda. «Las dificultades idiomáticas y la dificultad para hacer los trámites burocráticos muchas veces influyen en esto», señala García-Gil. «Las personas migrantes tienen más difícil conocer las ayudas y cumplimentar la documentación porque les cuesta entenderla y muchas veces no son capaces de solicitarla».
Esta desigualdad a la hora de obtener la prestación puede tener consecuencias en una familia de renta media-baja. Por ejemplo, no poner la calefacción o el ventilador en los momentos necesarios, afectando a la salud tanto física como mental porque tu hogar no es un hogar confortable sino un sitio donde estás incómodo. «Esto se llama pobreza energética oculta, porque pueden pagar la factura de la luz, pero tomando la decisión de gastar menos». Otra consecuencia es reducir en otros gastos importantes, como la cesta de la compra o tener retrasos en los pagos de la factura, algo que puede producir un «señalamiento social y una penalización por parte de las energéticas».
Las entidades responsables de la investigación proponen, a corto plazo, simplificar el bono social eléctrico y dar a conocer la respuesta. En palabras del portavoz de Oxfam, «que las administraciones públicas hagan más esfuerzo en dar a conocer esta ayuda, especialmente ahora que se acerca el invierno. Que ninguna persona que pueda solicitarlo no lo haga porque no lo conozca». A largo plazo, reclaman una unificación de las ayudas sociales, por ejemplo, entre el bono social eléctrico y el Ingreso Mínimo Vital para que llegue a más gente que lo necesita.