Una primavera de promesas - Alfa y Omega

El anuncio de la concesión del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025 a Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) nos cogió soñando con el sol en mitad de unas interminables lluvias garciamarquianas. Novelista, dramaturgo, traductor y lingüista, clásico vivo de la novela española contemporánea, Mendoza acogió la noticia «emocionado, honrado y agradecido». Tras toda una vida dedicado a lo que le gusta, teníamos ante nosotros, nos dijo, a «un hombre feliz». 

Arrastrados por toda esta amalgama de sensaciones, de entre la veintena de novelas del galardonado, traducidas a varios idiomas, no parece raro que sea Sin noticias de Gurb a la que nos pide el cuerpo volver instintivamente este mes de mayo a punto de florecer. Nos apetece esta relectura por encima de rememorar El misterio de la cripta embrujada, certera lectura obligatoria de adolescencia; e incluso por encima de conmemorar el 50 aniversario de La verdad sobre el caso Savolta, primera novela de la Transición. Porque Sin noticias de Gurb es, sencillamente, «un libro alegre». Tan alegre como las circunstancias en las que fue escrito, «una primavera llena de promesas». A diferencia de otros relatos del autor, «no hay asomo de tragedia ni una sola sombra de melancolía». Tampoco es menos cierto que se sostiene como el libro más excéntrico de Mendoza, tanto mejor. Nos pone sobre aviso en una nota a la edición. Por cierto, nuestra favorita es la que recupera las ilustraciones originales de Perico Pastor; y nos llama la atención ahora la aclaración de que, en un origen aún más primigenio, la narración estuvo más emparentada con las fábulas morales del siglo XVIII que con las auténticas novelas de ciencia ficción. 

Sea como sea, no hace falta desempolvar el libro a pesar de que acumulan sus tapas la solera de casi cuatro décadas, porque ha aguantado sin perder lustre el paso del tiempo. Recuperar Sin noticias de Gurb es comprobar lo evidente, que el humor de Mendoza sigue brillando igual que lo hacía en aquella Barcelona preolímpica que recorre el alienígena protagonista buscando a su acompañante Gurb, que ha tomado para su incursión terrestre la apariencia humana de Marta Sánchez. Ese desopilante golpe de efecto de la primera página mantiene la pegada intacta y corrobora que releer estas páginas es rendir un genuino triple homenaje: al nuevo galardonado con el Premio Princesa de Asturias, al candor y a la alegría de vivir.