Una parroquia india ofrecerá oxígeno con ayuda de Manos Unidas - Alfa y Omega

Una parroquia india ofrecerá oxígeno con ayuda de Manos Unidas

La ONGD ha aprobado seis proyectos para la India, pero teme que con la mejora de la situación en Occidente la emergencia en otros lugares caiga en el olvido

Redacción
Foto: Manos Unidas / Irene Hernández San Juan

«La situación es desesperante», asegura el médico indio Ganesh Kaurase, neumólogo del hospital Christ Hospital de Chandrapur. El estado de Maharashtra, en el que está situado, es uno de los más castigados por la segunda ola de la pandemia en la India. Con sus 195 camas, de las cuales 27 son de UCI (solo diez con ventiladores), este hospital ha sido designado por las autoridades como centro de referencia para la atención de pacientes con COVID-19. Pero «ya no podemos atender a los pacientes porque no tenemos camas».

Lejos de rendirse, el personal está haciendo todo lo posible para ampliar sus instalaciones. El lugar elegido para ello es el centro parroquial anexo. Allí, «vamos a administrar oxígeno gratis a las personas necesitadas que no puedan acceder a una cama para recibir tratamiento. De esta manera, podrán aguantar», espera Kaurase. Pero para ello «necesitamos recursos».

Al rescate ha acudido Manos Unidas. Ya hace 19 años ayudó a construir el Christ Hospital. Ahora, lo ha incluido entre los seis proyectos de emergencia a los que va a enviar ayudas por importe de 285.000 euros. Con los 95.000 euros que le corresponden, se instalarán camas y bombonas de oxígeno en la parroquia.

Peticiones llenas de angustia

En más de 60 años trabajando con la India, «pocas veces hemos percibido tanta angustia en las comunicaciones que recibimos de nuestros socios locales como las que nos están llegando en esta segunda ola de pandemia», asegura Ramón Álvarez, coordinador de proyectos de Manos Unidas en Asia. El número de contagiados casi llega a los 26 millones.

«En un país con más de 1.300 millones de habitantes, estas cifras, por dolorosas que resulten, podrían parecer poco significativas si no fuera porque la pandemia ha desbordado por completo los sistemas sanitarios», apunta Álvarez. Los muertos superan los 4.000 cada día, aunque diversas fuentes ponen en duda los datos oficiales. Con sus proyectos, la ONGD católica española espera contribuir a la mejora de los servicios de hospitales colapsados con generadores de oxígeno, camas de UCI, respiradores, monitores y hasta una cocina móvil para poder dar comida caliente a las personas hospitalizadas.

Además del Christ Hospital, también en Chandrapur se va a financiar con casi 93.000 euros la puesta en marcha de un generador de oxígeno en el hospital rural de Brahmapuri. Esta hará posible intentar mantener con vida a unas 40 personas al día. «Ellos disponen de 80 bombonas de oxígeno alquiladas, pero tienen que ir a rellenarlas diariamente a 130 kilómetros de distancia. En ese intervalo de tiempo, la mayoría de los pacientes ingresados deben permanecer sin oxígeno», con el riesgo que eso supone.

Que no caiga en el olvido

Otros de los proyectos aprobados proveerán de medicamentos, alimentos y productos de higiene a las personas más necesitadas. Como ha ocurrido desde marzo de 2020 en todo el mundo, esta segunda ola «ha dado al traste con la ya de por sí precaria situación económica de millones de personas».

En Manos Unidas, reconocen tener miedo a que «en los países en los que una gran parte de la población ya está siendo vacunada» el coronavirus caiga en el olvido como algo pasado. «Todavía es una amenaza para la vida de miles de millones de personas en el mundo; personas que, en su mayoría, no van a tener, ni remotamente, las capacidades para hacer frente al virus que tuvimos nosotros», subraya el coordinador de proyectos para Asia.

Cita como ejemplo el caso del hospital San Ignacio, en Karnataka, el estado con la tasa de positividad más alta. Este indicador suele apuntar a una cantidad de contagiados mucho mayor de la que se detecta. La directora de la institución, la hermana María Goretti, explica que el material médico escasea mientras el número de pacientes de COVID-19 crece cada día. Otro reto es trasladar a los más graves a hospitales con más recursos. «En algunas ocasiones, han muerto» durante el trayecto, explica.

El virus llega a las zonas rurales

A la religiosa le preocupa también la amenaza que supone la expansión de los contagios a la zona rural, donde habita el 70 % de la población. Es un fenómeno que se está empezando a constatar ahora. Y, sin embargo, en las aldeas «se resisten a los esfuerzos que está haciendo el Gobierno para contener el virus. En muchas aldeas, nadie lleva mascarillas ni existe el distanciamiento social. La gente se niega a hacerse la prueba y esconde a sus enfermos», lamenta.

La directora del hospital San Ignacio asegura que «los próximos meses son desafiantes y una seria preocupación. Necesitamos tomar medidas enérgicas para hacer frente a estas emergencias y sus secuelas para nuestra población rural de zonas y aldeas remotas».