Una noche de «barullo creativo» - Alfa y Omega

La Noche de la Esperanza (Hope Night, el festival posterior a la Eucaristía de Madrid Live Meeting) vivida por una buena parte de la Iglesia joven de Madrid, como toda experiencia pastoral, tiene varios ángulos de lectura y aproximación. En este breve espacio deseamos contar el revés de lo vivido, es decir, aquello que favoreció que en la noche del sábado 5 de octubre se palpara la fuerza creativa y restauradora de la esperanza cristiana.

Mientras se vive en Roma la etapa decisiva del Sínodo sobre la sinodalidad, en Madrid, con sencillez, audacia, arte, mucho trabajo, comunión y cierto desparpajo, un buen número de jóvenes experimentaron cuánto se gana en el pensar, en el crear, en el hacer juntos.

Hubo atrevimiento y confianza en los más de 100 voluntarios y responsables que vivieron aquello del Maestro: «Estoy entre vosotros como el que sirve» (Lc 22, 27). Así como en los músicos y artistas convocados en el mes de julio con la idea de transmitir, con música y arte, la belleza de «la esperanza que no defrauda», en alusión a la bula con la que convocó el Jubileo 2025, que tendrá por lema Peregrinos de esperanza. El primer paso fue reflexionar sobre el contenido de la bula. Ya en septiembre, en unas pocas sesiones de trabajo, después de invocar al Espíritu comenzó el acto creativo, el fiarse unos de otros al compartir cada don y talento para dejar que la música expresara los signos de nuestro tiempo y de las propias historias de esperanza y desesperanza. Tejer y entretejer armónicamente lo desconocido y lo diferente para dejar que surja lo común supuso humildad, desconcierto, fragilidad, tesón, abandono, gratuidad, perseverancia, incredulidad, confianza. En expresión de alguno de los protagonistas «ha sido una experiencia conmovedora, la belleza de nuestra Iglesia, avanzar juntos en la diferencia con lo que somos, transmitir una belleza más grande que nosotros».

Madrid Live Meeting nació en el mes de septiembre de 2020, al salir del primer confinamiento por la COVID-19 para regalar vida a Madrid; en su tercera versión es lo que los jóvenes volvieron a testimoniar, que «la vida es un regalo de Dios, el motivo de levantarse cada día».

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